El presidente de Mercadona, Juan Roig, sigue dándole vueltas a cómo mejorar la calidad de los productos que ofrece en su red de supermercados. Y el cambio que ha empezado a introducirse es de envergadura, y va a coger con el paso cambiado a todos sus competidores. Se trata de ir, poco a poco, aumentando los productos que se venden frescos en detrimento de los que se venden envasados. De proseguir el cambio, los supermercados de Mercadona van a recuperar la imagen de la galería tradicional.
Lo ha hecho con las frutas y las verduras, de manera apreciable ya en muchos establecimientos como experiencia piloto antes de introducir el cambio de manera generalizada, y ha iniciado el mismo sistema en carnicerías y charcuterías al corte. "Nos iba tan bien que decidimos hacer las ruedas cuadradas y vender el producto fresco como si fuera seco, todo empaquetado. Y nos equivocamos", reconoció hace unos meses el presidente de Mercadona. Será un proceso progresivo que requerirá una inversión millonaria.
El objetivo es conseguir vender lo mismo en secos -productos envasados de otras secciones del supermercado- que de frescos, algo que pasa no solo por recuperar la venta al peso sino mejorar la calidad del producto que ofrecía. El cambio se ha traducido en la firma de acuerdos con productores agrícolas y con lonjas de pescado para competir con tiendas especializadas que aprovechaban las carencias de la cadena para instalarse en sus inmediaciones.
Hasta el próximo mes de mayo, Mercadona implantará los mostradores de carne y charcutería en 248 supermercados. Esta primera fase se completará posteriormente en el resto de la red, lo que supondrá una inversión de 15 millones de euros. “Se nos había olvidado cortar la carne”, comentaba hace unos meses el propio Roig, recordando los inicios del negocio familiar montado por su padre.
El cambio en la venta de frescos ha supuesto pasar de los productos envasados en pescado, carnes, frutas y hortalizas al sistema tradicional de venta al corte por peso y unidades, lo que les ha acarreado transformaciones internas y externas. Mientras que antes realizaban los pedidos de productos frescos cada tres o seis días, ahora se hacen al día.
La nueva estrategia ha provocado volver a comprar producto local. En la investigación llevada a cabo percibieron que había 60 lonjas distintas, y que el precio del pescado no podía ser el mismo en Sevilla que en Barcelona. Además, en los últimos cinco años también se cambiado el origen de algunas compras. Si en 2009 casi no se compraba pescado en España, y se traía de otros países, ahora se compran 40.000 toneladas en las lonjas españolas.