Madrid. Tetis, la nereida madre de Aquiles, sumergió en la laguna Estigia al héroe griego cuando éste aún era un niño, para bañarlo en sus aguas con el fin de que el niño adquiriese así la invulnerabilidad, pero lo hizo sujetando al infante por el tobillo derecho, de tal forma que esa zona fue la única en la que el agua no mojó la piel del niño. Y la historia posterior mostraría que nadie, nunca, pudo vencer a Aquiles gracias precisamente a su invulnerabilidad. Salvo en Troya, claro.
Actualmente, la Inmobanca, a pesar de las dificultades que ello lleva consigo, está vendiendo inmuebles en un proceso de engorde –adquisición- y adelgazamiento –venta posterior- con los inmuebles que tiene que adjudicarse.
Por otro lado, también los particulares, intermediarios y promotores intentan vender los suyos. Como consecuencia, se establece una competencia entre estos y la Inmobanca. Y aunque esta situación no es nueva en cuanto a su existencia y naturaleza sí lo es en cuanto a intensidad, pues ahora la actividad inmobiliaria de los bancos es muy importante.
Y como la evolución de la situación parece indicar que la cuota de mercado de la Inmobanca va en aumento, la “protesta” de aquellos otros no se ha hecho esperar y así llevamos unos meses en los que se está hablando en muchos foros de la “competencia desleal” de la Inmobanca. Pero el resultado es que –al igual que ocurre con otros graves temas que afectan a los inmobiliarios- la respuesta a esa situación “de competencia desleal”, por parte del Sector Inmobiliario, ha sido muy débil y, según creemos nosotros, desenfocada.
Mientras los afectados sigan callados –véase nuestro artículo titulado: el silencio de los corderos inmobiliarios– o dando vueltas al sonsonete de la “competencia desleal” o el creciente nivel de ventas de la Inmobanca no sea asfixiante, el problema no subirá de tono y sus consecuencias serán irrelevantes, pero si alguno se fija en la argumentación del Consejo de Europa respecto de Microsoft y de la acusación por abuso de posición dominante en el sector, el problema puede crecer.
Respecto de este último asunto hay que recordar que, al final, la poderosa Microsoft ha tenido que claudicar. Véase el siguiente párrafo extraído de la web del Centro de Documentación Europea de la Univerdidad de Valencia: «El gigante informático, acusado por Bruselas de abuso de posición dominante, ha decidido desvincular su navegador Explorer, de Windows, su sistema operativo. A partir de mediados de marzo, Microsoft propondrá a los usuarios europeos doce navegadores entre ellos Firefox, Chrome o Safari. La eurocomisaria de Competencia, Nelie Kroes ha declarado que espera “sinceramente que la decisión de hoy cierre un largo capítulo en las, a veces, difíciles relaciones de Microsoft con la Comisión, y que abra otro nuevo y positivo”, haciendo alusión a las multas de más de 1.600 millones, impuestas a Microsoft, por violar las reglas de la competencia comunitarias.»
Poco importa la materia a discutir – es obvio que un navegador de Internet y la venta de inmuebles se parecen poco- lo que es relevante es que el ejemplo presentado muestra que el que ocupaba la posición dominante ha sido condenado por abuso de la misma.
Éste es el verdadero Talón de Aquiles de la Inmobanca Española: el que su supervivencia depende, en más alto grado que de ninguno otro asunto que pueda inquietarle, de la conversión de sus inmuebles adjudicados en dinero, esto es de la venta de sus inmuebles a terceros. Si este mecanismo se detiene, avería o funciona mal, el proceso de adelgazamiento se interrumpirá y pudiera terminar ahogando a la Reina Roja, por sobrepeso. Y el abuso de posición dominante es un argumento que puede afectar a la fluidez del sistema de comercialización de los inmuebles adjudicados.
La flecha de Paris alcanzó el tendón de Aquiles y el héroe griego se cayó del carro con el que arrastraba al troyano Héctor… y murió por la herida recibida. Las historias míticas nos enseña algunas cosas muy reales y actuales –esa es quizás la función del Mito- y que en este caso podríamos señalar así: No hay nadie invulnerable. Se puede perder en cualquier momento, por muy larga que haya sido la carrera de éxitos anteriores. Hasta los más grandes pueden perder a veces. Siempre, alguien, puede encontrar nuestro talón de Aquiles. Hay que proteger –cuando se conoce- ese talón.
Los Departamentos de Comunicación de la Inmobanca deberían pensar en este asunto y anticipar –antes de que pudieran comenzar la demandas- la respuesta adecuada a la flecha de algún violento Paris .