Los datos relativos a las compraventas de vivienda hasta junio no eran todavía comparables por el efecto COVID. En el mes de junio y, ahora, julio, el mercado se ha reactivado con fuerza tras el confinamiento, ya que buena parte de las transacciones realizadas han estado marcadas por el período de inactividad previo.
Sobre la bajada interanual:
Arrancamos 2020 ya con una previsión de estabilización de los precios y de ligera bajada en el número de transacciones, y para los próximos meses recuperaremos esa tendencia, donde las transacciones se moverán a ritmos inferiores al mismo período de 2019.
La falta de inventario en venta en buena parte de las principales ciudades y centros productivos provoca que los precios se sostengan de forma natural, empujados por la presión de la demanda y ayudada a su vez por la política financiera actual, que sigue incentivando la compra de vivienda. La caída del PIB, no obstante, se dejará notar en la solvencia de la demanda y provocará que las entidades financieras endurezcan las condiciones de acceso a la financiación hipotecaria, lo que conllevará una ligera ralentización del mercado y ajustes suaves en los precios de oferta en determinadas zonas que de promedio no sobrepasarán el 10%.
Para entender la evolución de los datos, cabe destacar que España es un mercado inmobiliario con dos velocidades, las ciudades o centros productivos, donde se concentra la actividad laboral, crece la población y escasea la vivienda; y muchas otras ciudades que responden a realidades bien distintas, donde la oferta inmobiliaria es mayor, la población crece muy poco o decrece y tiende a envejecer. La primera velocidad es muy dinámica y responde rápido a los períodos expansivos o de crisis con movimientos sistémicos y la segunda, en cambio, tiende a mantenerse más estable. La caída observada en Julio también viene motivada por la caída de la inversión extranjera ante las restricciones de movilidad impuestas por diferentes países hacia España.