Madrid. Como de marear la perdiz se trata para, al final, llegar a la misma conclusión, el que se supone iba a ser informe definitivo, el de Oliver Wyman, sobre el que asentar el saneamiento financiero español, parece que ya ha quedado arrinconado.
Ahora le toca el turno de nuevo al Fondo Monetario Internacional (FMI, Así, el próximo 15 de octubre, tras el puente de El Pilar, aterrizarán en Madrid los miembros de una misión del organismo presidido por Cristine Lagarde para, durante dos semanas, volver a supervisar el proceso de reforma del sistema bancario español.
Se saben los números de memoria, pero da igual. De hecho, el propio FMI, como miembro de la ‘troika’, se apresuró a alabar los resultados alcanzados por Oliver Wyman. No en vano también el Fondo participó en el cocinado previo de los mismos.
Pero bueno, lo dicho, se van a pasar dos semanas en Madrid, entre el Banco de España y el Ministerio de Economía, para al final emitir un nuevo informe que, ya les digo, no va a decir nada nuevo.
Si acaso, y teniendo en cuenta las fechas en que se va emitir –una vez celebradas las dos elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco–, su presencia en la capital podría hacerse coincidir con la solicitud de rescate por parte del Gobierno presidido por Mariano Rajoy. Bueno, en lugar de rescate, lo vamos a llamar línea de crédito de digamos, para empezar, entre 100.000 y 150.000 millones de euros.
Su presencia, la de estos ‘hombres de negro’ en Madrid, también va a coincidir con tres fechas claves para el Tesoro, que servirán para ver el respaldo que los mercados dan a las emisiones de deuda. El 16 de octubre, un día después de llegar la misión del FMI, se emitirán letras a 12 y 18 meses, el día 18 le tocará el turno a las obligaciones del Estado y, por último, el 23 una nueva emisión de letras, en este caso a tres y seis meses. El resultado de las mismas será, sin duda, un indicador fiable de si la tensión en los mercados se relaja o, por el contrario, va a más.