Madrid. Ya lo hicieron en su informe del pasado mes de julio, echando un capote al Gobierno entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, y lo han vuelto a hacer ayer, un año después, para venir a decir básicamente lo mismo, que España es una potencia económica, que no estamos tan mal, y que el año que viene el PIB nacional volverá a crecer de forma exponencial.
Ha sido César Alierta, presidente de Telefónica, el que, como portavoz del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), resumió las bondades del informe anual de la entidad sobre el ‘Crecimiento y la competitividad de la economía española’. Informe que, básicamente, viene a decir que con la aplicación de las mil y una reformas aprobadas por el Gobierno todo se va a arreglar antes de lo que parece, comentaba Alierta.
“La reforma aprobada en mayo supone un paso decisivo en la recuperación de la confianza sobre el sector financiero español y elimina completamente las dudas que pudiera haber sobre la necesidad de provisiones de la cartera inmobiliaria”. Con esta contundencia recogida en el informe supuestamente se pone fin a la crisis.
Centrándose en el sector inmobiliario, el CEC estima que la sobreoferta de casi 700.000 viviendas se reabsorberá en tres o cuatro años y que el ajuste de la actividad inmobiliaria en flujos está “prácticamente finalizado”.
Así, los empresarios, siempre basándose en los datos oficiales, prevén que durante los próximos dos años el sector inmobiliario apenas reste tan sólo 0,3 y 0,1 puntos al crecimiento económico, frente a una contribución negativa de 1,2 de media registrada durante los últimos cuatro años.
En términos de oferta, las 60.000 viviendas producidas en 2011 está muy lejos de la producción de viviendas que requiere la economía en el medio plazo: entre los 150.000 y 250.000 cada año, según un supuesto rango de estimaciones de formación de hogares para la próxima década.
Para que ese stock de viviendas sin vender se ajuste a unos niveles razonables, los empresarios entienden que debe situarse en torno a las 400.000 unidades en 2014, con lo que en dos años y medio habría que vender las 300.000 ya construidas y las que se terminan de aquí a entonces. Total, unas 450.000. No se comenta en el informe ni a qué precios ni de dónde va a salir una demanda solvente que las adquiera.
Entre los factores que van a favorecer este salida del túnel inmobiliario se encuentra el ajuste de precios, las medidas fiscales de estímulo a la demanda como la reinstauración de la deducción de vivienda, los impulsos puntuales como la reducción del IVA en la compra de viviendas al 4% y por supuesto la reducción de los tipos de interés y el 50% de exención en las plusvalías por venta de activos inmobiliarios en 2012.
En cuanto a los precios de la vivienda, el informe dice que se han rebajado un 22% en cinco años, situándose ya en niveles de 2003, y que en 2012 se espera un ajuste adicional cercano al 10% aunque no cabe esperar que las correcciones vayan mucho más allá, si se tiene en cuenta que el ajuste de España está siendo similar en intensidad y tiempo de ajuste, comparando con correcciones históricas de los precios de la vivienda en España en las anteriores crisis inmobiliarias.