Cohesión territorial, dinamización económica y creación de empleo. Tres objetivos en uno el que logra la Junta de Castilla y León, gracias a la colaboración de la Fundación Santa María la Real con la rehabilitación del patrimonio histórico rural.
Un proyecto innovador de la Fundación, con aportaciones a las nuevas tecnologías aplicadas al patrimonio, entre las que destaca especialmente el Sistema de Monitorización del Patrimonio (MHS), buena parte de cuyo desarrollo se ha realizado en la ermita románica de Santa María de Canduela.
La Fundación se ha convertido en estos últimos años en un elemento capital del Plan de Intervención Románico Norte, y participa también en el proyecto Románico Atlántico, que junto a Zamora Románica, Soria Románica y Románico Mudéjar constituyen el Sistema Territorial Románico de Castilla y León. En dicho marco, la Junta de Castilla y León ha impulsado la intervención en 144 inmuebles, con una inversión superior a los 24 millones de euros.
En el caso concreto del Plan «Románico Norte», ha supuesto hasta ahora intervenir en 54 iglesias románicas del norte de Palencia y Burgos, con una inversión superior a los 8,3 millones de euros. Un esfuerzo que se hizo acreedor en 2013 del Premio EUROPA NOSTRA y del que son ejemplos significativos la Ermita rupestre de Olleros de Pisuerga o la Iglesia de Santa María de Mave.
El Proyecto Románico Norte, que tuvo su primera fase de 2005 a 2012, se ha convertido en un Plan permanente de inversiones en este territorio del Norte de la Comunidad. En concreto, en 2015 la Junta de Castilla y León y la Fundación SMRPH tienen intención de acometer nuevas actuaciones que afectarán a algunos templos: la iglesia de San Martín en Villanueva de la Torre (Palencia) y la iglesia de San Cristóbal, en Ailanes (Burgos), así como realizar diversas actividades de difusión y promoción.
En materia de Patrimonio cultural, Castilla y León enfoca estas actuaciones no solo como intervenciones sobre bienes materiales, sino como intervenciones con una repercusión directa y positiva sobre las personas, el entorno social y el territorio.
De hecho, el Patrimonio es un recurso no deslocalizable cuyas inversiones tienen una alta capacidad de retorno directo sobre el territorio -en torno a un 30%-, del que se beneficia su entorno más local, al que no llegan fácilmente otras inversiones, representando un instrumento esencial para crear oportunidades y mantener población en el mundo rural. Así, cada millón de euros que se invierte en Patrimonio induce la creación de 212 puestos de trabajo.