De vez en cuando, el Ayuntamiento de Madrid, como otros consistorios, suele recibir inesperadas herencias. Bienes que luego hay que administrar y mantener. Algunos, un edificio situado en el centro de la ciudad, pueden tener una buena salida, obteniendo por su venta rápidos ingresos extraordinarios. La enajenación de otros resulta más difícil.
Es el caso de la finca Torre Arias. Un espacio de 18 hectáreas situadas al final de la calle de Alcalá, justo antes de alcanzar su confluencia con la autovía A-2, que hace justo un año pasó a manos municipales tras el fallecimiento de la condesa dueña de la finca. Varias construcciones rodeadas de cuidados jardines cuya venta resulta más que complicada, lo mismo que su mantenimiento.
Por ello, en estos doce meses se han acelerado los trámites con la Universidad de Navarra para que la casa-palacio principal de la finca albergue un centro de postgrado. Así, la pasada semana el Ayuntamiento de Madrid aprobó un plan especial de Ordenación de la Finca Torre Arias.
Aunque el documento alude a la reforma prevista como una vía para recuperar al finca “para disfrute de los madrileños", también facilita "el uso dotacional como equipamiento educativo del edificio principal y edificaciones anexas", para que la Universidad de Navarra puede lograr la cesión de la finca. El plan también prevé construir un aparcamiento para un mínimo de 100 plazas de garaje. Lo que serán intocables serán los jardines, que seguirán siendo de uso público por expreso deseo de la aristócrata finada.
En el barrio, algunos vecinos han criticado esta cesión tras años reclamando la construcción de un necesario instituto de enseñanza secundaria, evitando así que los estudiantes de la zona tengan que trasladarse a San Blas a cursar los estudios.
Se trata de la última cesión municipal, pero muchas otras la han precedido. En el sur de la ciudad, en Carabanchel, se abren unos jardines del siglo XIX llamados finca Vista Alegre, en cuyo recinto existen 47 edificios. En 2009 el Ayuntamiento dirigido por Alberto Ruiz-Gallardón presentó un proyecto de aprovechamiento a la Comunidad de Madrid, pero el Gobierno regional, entonces presidido por Esperanza Aguirre lo rechazó.
Lo inadecuado que resultaba para el Ejecutivo autónomo dejó de serlo dos años después, cuando la New York University anunció su intención de ubicar, en la finca Vista Alegre, un campus universitario a cambio de un canon simbólico. Al final, el proyecto tampoco salió adelante.
Y ahí está el palacio, como el local y el centro para discapacitados que se desalojaron para posibles futuros colegios mayores, clausurado. Los frescos de la capilla, cayéndose, lo mismo que el salón moro del palacio viejo. Y no existe ningún plan en marcha por parte de la Comunidad de Madrid para evitar que este patrimonio siga deteriorándose.