El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha expresado su preocupación respecto a la carga impositiva en España, destacando la existencia de casi 40 tributos distintos y poniendo en tela de juicio la continuidad del impuesto extraordinario sobre las ganancias de las compañías energéticas. Durante una conferencia con analistas donde se presentaron los resultados de 2023, Galán argumentó que esta medida, originalmente diseñada como temporal en respuesta a la crisis derivada de la guerra en Ucrania, carece de sentido, especialmente cuando el gobierno actual ha planteado su extensión.
La postura de Galán se centra en la singularidad de España en el contexto internacional en cuanto a imposiciones fiscales se refiere, señalando que «no tiene comparación con nada de lo que hace el resto del mundo». Su crítica va más allá del impuesto a las energéticas, abarcando la complejidad y la cantidad de tributos que, a su juicio, restan atractivo a España como destino de inversión. El presidente de Iberdrola subraya que mientras otros países buscan armonizar sus políticas fiscales con el entorno global, España parece ir en contravía, manteniendo impuestos que impactan directamente los ingresos de las empresas.
Además, Galán destacó la contribución de Iberdrola a las arcas públicas españolas, que ascendió a casi 3.500 millones de euros en 2023, representando un incremento del 35% respecto al año anterior. Esta cifra, según él, supera ampliamente los gastos operativos y financieros de la empresa en el país, poniendo de manifiesto la desproporción entre la carga fiscal y los costes operativos comparados con otros países, donde la media se sitúa alrededor del 20%.
Otro punto crítico abordado por Galán fue el límite regulatorio a la inversión en redes eléctricas en España, mantenido constante en 9.300 millones de euros, lo cual considera un impedimento para el desarrollo y la modernización del sector. Galán apela a una revisión de esta política, basada en una ley de hace una década que vincula el Producto Interno Bruto (PIB) con la inversión en redes, una correlación que, desde su perspectiva técnica, carece de fundamento.
La apertura del gobierno a reconsiderar este límite y la revisión iniciada por el regulador sobre la tasa de retribución, que Galán califica de baja en comparación con otros países, son señales que el presidente de Iberdrola valora positivamente. Sin embargo, insiste en que es necesario pasar de las palabras a los hechos para mejorar el atractivo de las inversiones en el sector energético español.