España es el segundo país con más superficie forestal de la Unión Europea, pero no acaba de sacarle todo el potencial rendimiento que sería posible a la biomasa. Algunas de las razones que explican esta situación son de tipo estructural, como la elevada fragmentación de la propiedad forestal y, al mismo tiempo, despertar el interés de algunos propietarios forestales por la explotación de sus fincas.
En este marco y para tratar de buscar soluciones para explotar todo el potencial que tiene este tipo de energía, la Exposición de Biomasa y el 10º Congreso Internacional de Bioenergía aborda los cambios legislativos que afectarán al sector a corto y medio plazo.
El primer paso ya está dado, con esas existencias totales de biomasa arbórea de unos 1.020 millones de metros cúbicos y con un crecimiento anual de casi 50 millones de metros cúbicos, aunque luego solo se aproveche el 30% de ese volumen.
Entre los pasos a dar para aumentar sustancialmente este aprovechamiento estaría el fomento de la movilización sostenible de la madera en España y la promoción de la mecanización de los aprovechamientos forestales madereros, así como fomentar el uso de la biomasa forestal entre los ciudadanos y el sector industrial.
Desde el Ministerio de Agricultura se publicó el pasado año el Plan de activación socioeconómica del sector forestal, de cara a contribuir a la diversificación de la actividad económica del medio rural a través de la actividad forestal, uno de cuyos ejes es apoyar la valorización energética de la biomasa.
Con posterioridad, también se ha modificado la Ley de Montes, uno de cuyos objetivos es crear un ambiente apropiado para que se produzca una mayor movilización de los productos forestales en nuestro país. Y tampoco conviene olvidar el papel que juegan las ayudas al desarrollo rural cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, que cuenta con 1.700 millones de euros para financiar proyectos forestales.
Fondos que pueden servir para poner en valor la investigación y la innovación en este sector productico como mejor vía para eliminar los obstáculos técnicos y que nuestras empresas sean competitivas en el mercado. El Programa nacional de innovación e investigación agroalimentaria y forestal también iría en esa línea.
España es el segundo país son superficie forestal de la Unión Europea, pero no acaba de sacarle todo el potencial rendimiento que sería posible a la biomasa. Algunas de las razones que explican esta situación son de tipo estructural, como la elevada fragmentación de la propiedad forestal y, al mismo tiempo, despertar el interés de algunos propietarios forestales por la explotación de sus fincas.
En este marco y para tratar de buscar soluciones para explotar todo el potencial que tiene este tipo de energía, la Exposición de Biomasa y el 10º Congreso Internacional de Bioenergía aborda los cambios legislativos que afectarán al sector a corto y medio plazo.
El primer paso ya está dado, con esas existencias totales de biomasa arbórea de unos 1.020 millones de metros cúbicos y con un crecimiento anual de casi 50 millones de metros cúbicos, aunque luego solo se aproveche el 30% de ese volumen.
Entre los pasos a dar para aumentar sustancialmente este aprovechamiento estaría el fomento de la movilización sostenible de la madera en España y la promoción de la mecanización de los aprovechamientos forestales madereros, así como fomentar el uso de la biomasa forestal entre los ciudadanos y el sector industrial.
Desde el Ministerio de Agricultura se publicó el pasado año el Plan de activación socioeconómica del sector forestal, de cara a contribuir a la diversificación de la actividad económica del medio rural a través de la actividad forestal, uno de cuyos ejes es apoyar la valorización energética de la biomasa.
Con posterioridad, también se ha modificado la Ley de Montes, uno de cuyos objetivos es crear un ambiente apropiado para que se produzca una mayor movilización de los productos forestales en nuestro país. Y tampoco conviene olvidar el papel que juegan las ayudas al desarrollo rural cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, que cuenta con 1.700 millones de euros para financiar proyectos forestales.
Fondos que pueden servir para poner en valor la investigación y la innovación en este sector productico como mejor vía para eliminar los obstáculos técnicos y que nuestras empresas sean competitivas en el mercado. El Programa nacional de innovación e investigación agroalimentaria y forestal también iría en esa línea.