Falta el trámite en el Senado para ver cómo queda al final la reforma del sistema eléctrico en España, pero las empresas ya han empezado a echar números del alcance del agujero a falta de que se concreten algunas normas, de las menores inversiones a realizar y de cómo canalizar las demandas ante el Tribunal Constitucional.
Endesa, por ejemplo, reconoce que las medidas podrían tener un impacto de unos 275 millones de euros en 2013 y de unos 400 millones en 2014. A Iberdrola más de 500 y a Gas Natural Fenosa no menos de 600 millones el año próximo. En general, peores cifras respecto a los primeros cálculo realizados el pasado verano.
La nueva Ley Eléctrica que se está tramitando en el Congreso de los Diputados y que pasa ahora al Senado ha recibido casi 500 enmiendas, siete de ellas a la totalidad. El PP ha rechazado las siete a la totalidad y todas las enmiendas parciales que han presentado todos los grupos de la oposición. La mayor parte critica el ataque que se hace a las renovables y al autoconsumo. En un principio, el Gobierno no ha aceptado ninguna, aunque se confía de que sí lo haga en la Cámara Alta.
Al margen de la tramitación parlamentaria, las patronales de las renovables se están preparando para dar la batalla en los tribunales, contratando a los principales bufetes expertos en esta materia de asuntos jurídicos energéticos.
Desde Iberdrola, una de las empresa más claramente posicionada públicamente en contra de la reforma, insisten en que el conjunto de medidas regulatoria aplicadas en España no contribuye a garantizar la competitividad del sistema en favor de los consumidores ni a frenar el déficit de tarifa, que ha costado ya cerca de 27.000 millones de euros.
A Iberdrola, le afectan también las medidas regulatorias puestas en marcha en el Reino Unido. En su conjunto, la eléctrica ha sufrido un impacto en estos nueve meses de 1.010 millones de euros lo que ha obligado a la compañía a reducir la remuneración al accionista.
Gas Natural ya se ha adelantado y ha modificado su plan estratégico para los próximos años. Las nuevas proyecciones de la compañía contemplan durante una primera fase -hasta 2015- un comportamiento plano de los resultados, cuando precisamente el crecimiento medio de los últimos ejercicios ha sido de en torno a un 10%. Será a partir de 2016 cuando la empresa gasista comenzará a retomar nuevamente el vuelo.
Para aguantar hasta entonces, el equipo directivo ha diseñado un plan de eficiencia y ahorro de costes de 300 millones de euros al año, que va a suponer recortes en la plantilla y un ajuste en las inversiones futuras, especialmente en el negocio eléctrico. Su apuesta será el gas y prácticamente quedan congeladas las aportaciones en electricidad.
En Endesa, acabe como acabe la reforma, ya ha empezado a recortar sus inversiones en España. En los nueve primeros meses de 2013, la eléctrica invirtió 535 millones, un 31% menos.