El Gobierno sigue dándole vueltas a cómo darle viabilidad a Paradores, la cadena hotelera pública que sigue dando pérdidas, como los ocho millones que ya se prevén para el año que viene, o los casi 17 millones negativos en que se cerrará el presente ejercicio. Por ello, todas las fórmulas se pueden contemplar. También la de la franquicia.
No hay nada en firme. Solo la insinuación dejada caer por Ángeles Alarcó, la secretaria de Estado de Turismo y presidenta de la empresa pública, en la presentación de los presupuestos para 2014, en cuyo marco comentaba el buen ritmo que lleva la construcción de la nueva sociedad.
Sin un establecimiento más y adecentando los existentes con las pertinentes obras de remodelación, las estimaciones realizadas para 2014 recogen la obtención de unos 210 millones por ventas, mientras que sus principales costes provendrán de la partida destinada a los gastos de personal que alcanzará los 104 millones de euros.
El presupuesto total del área pública de turismo para 2014 se sitúa en casi 500 millones de euros, cifra que permite una mayor inversión real gracias a la reducción notable del gasto corriente, principalmente por una menor partida de alquileres tras los traslados realizados.
Por el contrario, se aplica una reducción del presupuesto de Turespaña, del 16,7% hasta los 69,20 millones de euros, debido a que algunas de las partidas que estaban asignadas a esta entidad pasan a la secretaría de Estado de Turismo. Además, gran parte del presupuesto va destinado a financiación de iniciativas turísticas, como ayudas para préstamos a empresas, renovación de infraestructuras o los préstamos Emprendetur.
Las tecnologías y las redes sociales se convierten en el gran reto en la nueva política de promoción, muy ligada a alcanzar una mayor colaboración con el sector privado y en una redirección hacia mercados emergentes. Ese es el nuevo camino para un sector como el turismo, cuya inversión no siempre es directa debido a la gran transversalidad existente con distintos frentes en liza.
En definitiva, se trata de ir hacia una gestión eficiente, priorizando las inversiones frente al gasto corriente, para demostrar que no hace falta hipotecar las arcas públicas para alcanzar mejores resultados.
En clave internacional, las tumultuosas revueltas en los países árabes volverán a estar muy presentes, ya que de su incidencia depende también que los ingresos inicialmente previstos puedan incrementarse notablemente por el flujo de visitantes que rescindan sus reservas hacia esos países y se decanten por España u otros destinos más tranquilos.