Seaside, la cadena hotelera alemana de gran recorrido en los hoteles urbanos en su país, llevaba años limitando su presencia en España a los cuatro establecimientos turísticos, tipo ‘resort’, de Gran Canaria. Hasta ahora.
Aprovechando la actual coyuntura y los precios que se pueden obtener en algunas operaciones, sus responsables han decidido que ha llegado el momento de dar el salto a la Península. La compra a Bankia de la sociedad propietaria del hotel Westin Alameda, en Valencia, ha sido el primer paso. Habrá que ver en los próximos meses si es el último.
Aunque la cadena alemana suele también gestionar directamente sus establecimientos, en el caso del hotel valenciano va a seguir contando, si ambas partes así lo estiman y no existe el mayor inconveniente, con Starwood en estas labores de gestión. Al menos hasta 2021, fecha en la que finaliza el contrato previo firmado con Bankia.
El nuevo Westin de Valencia se va a convertir, pues, en un banco de pruebas para la alemana Seaside, con vistas a una previsible expansión por otros puntos estratégicos de España. Y lo hará, poco a poco, tratando de aplicar en la nueva instalación la impronta del modelo ‘residence’, la de ofrecer el lujo total en todas sus instalaciones con la máxima calidad. Una circunstancia que seguramente llevará aparejado el incremento de precios, o el mantenimiento de los mismos con unos ajustes inevitables en toda la cadena de gestión.
Lo que Seaside ha adquirido es la concesión por el tiempo que queda hasta que venza la concesión a 75 años en su día concedida, por lo que estamos ante una inversión a largo plazo que otorga tranquilidad al Ayuntamiento valenciano. Tranquilidad que presidió la reunión mantenida entre la alcaldesa y los responsables de la cadena alemana. Aquella les mostró los proyectos de futuro existentes para el relanzamiento de la ciudad a todos los niveles, especialmente el turístico, y los alemanes despejaron todas las dudas acerca de sus intenciones con la compra de esta concesión.
Actualmente, el hotel cuenta con 135 habitaciones. Fue inaugurado en 2006 tras un proceso previo turbulento, debido a que sus iniciales adjudicatarios incumplieron los plazos comprometidos para acometer las obras, y tuvo que ser finalmente Bancaja –la entidad que después acabaría formando parte de Bankia– la que abordó el proyecto.