La Xunta de Galicia lleva a cabo obras de rehabilitación en el monasterio de San Clodio de Leiro para transformar parte de este histórico edificio en el primer spa de vinoterapia de la Comunidad, con el objetivo de garantizar la recuperación íntegra del inmueble y el empleo de sus instalaciones para poner en valor y difundir los recursos turísticos asociados al agua termal y al vino.
Esta actuación convertirá las antiguas bodegas y cortes del monasterio en un centro termal pionero en Galicia reforzando así la apuesta de Turismo de Galicia por el termalismo para mantener el ánimo de esta modalidad turística en la Comunidad, que constituye un recurso estratégico para el desarrollo turístico y económico del territorio gallego.
El turismo de salud destaca notablemente en Galicia tanto por su abundancia como por su calidad y singularidad», lo que constituye «una ventaja diferenciadora y competitiva respecto a otros destinos tanto nacionales como internacionales.
En este ámbito, la región atesora más de 300 captaciones catalogadas y cuenta con una afloración minero-medicinal por cada 10.000 habitantes, lo que la sitúa como segundo destino en potencial termal, sólo por detrás de la ciudad de Budapest.
Además, de esas más de 300 captaciones de agua minero-medicinal, más de 20 tienen la calificación de balneario, por lo que Galicia ocupa la primera posición a nivel nacional al acoger cerca del 20% de los establecimientos balnearios del país.
Galicia es líder también en relación a la calidad en los establecimientos termales, ya que cuenta con el mayor número de establecimientos termales distinguidos con el Q de calidad turística del Estado, al tener registrados nueve balnearios con esta distinción.
La herencia de los romanos dejó entre otras costumbres la pasión por los manantiales de aguas mineromedicinales y muestra de ello son los balnearios, algunos de esa época y otros del S.XVIII y XIX. Hoy en día además de los centros termales, también existen los talasos con las propiedades del agua marina.
Este cúmulo de razones convierte el turismo termal gallego en uno de los productos turísticos con mayor grado de especialización y singularidad, con mayor capacidad de desestacionalización de la demanda, con poder para la captación de más segmentos de público y de gran atractivo para la articulación de oferta turística combinada con otros productos.