Los terrenos que durante décadas albergó la fábrica de cosméticos Gal en Alcalá de Henares, junto al casco histórico de la ciudad complutense, siguen cambiando de manos desde que en 2006 fueran adquiridos por la inmobiliaria Reyal Urbis.
Ahora, el activo ha sido vendido por Sareb -el banco malo se quedó con el activo en la transferencia de inmuebles realizada a finales de 2012- a Caviglia Corporate por 14 millones de euros, una sociedad perteneciente a Turnstone Group, empresa estadounidense dedicada a la gestión de inversiones inmobiliarias.
Y seguramente no será la última, la que definitivamente aborde el remate final de de esta actuación que quedó empantanada con la crisis y la quiebra de la inmobiliaria presidida por Rafael Santamaría.
Ahora, todavía queda terrenos edificable para levantar unas 400 viviendas, menos de la mitad de las que hace una década se proyectaron dentro de un megaproyecto, el que, tras comprar los terrenos, ideó Reyal Urbis para levantar un hotel de cuatro estrellas, una mediana superficie comercial y 815 viviendas.
El proyecto se enmarcaba en el plan parcial que había aprobado el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, que incluía la cesión al municipio de la parte que se conservaba del clásico edificio, en el que las autoridades municipales impulsarán un ambicioso proyecto museístico y de promoción turística de la ciudad.
El resto de la reserva de suelo municipal se destinaría para construir alrededor de 75 viviendas, además de 18.000 metros cuadrados de equipamientos sociales y 33.000 de zonas verdes.
Reyal Urbis pretendía levantar tres grandes manzanas de vivienda libre en altura (planta baja, más cuatro alturas y ático), con apartamentos de un dormitorio y pisos de dos a cinco habitaciones.
En cuanto al centro comercial, de una extensión de 2.336 metros cuadrados edificables, se pretendía que fuera un edificio aislado y singular, de cara a convertirse en un hito referencial de la zona y del proyecto, con una marca comercial de primer nivel.
Lo mismo se pensó para el hotel, que estaría gestionado por la cadena Rafael. Pero todo se vino al traste. Se promovieron algunas viviendas y nada más, antes de Reyal Urbis tuviera que afrontar el impago del importante crédito con el tuvo que financiar la compra de estos terrenos.