CatalunyaCaixa ha firmado el contrato de venta de su plataforma de gestión de activos inmobiliarios, CX Inmobiliaria, al fondo de inversión Blackstone Real Estate por un importe máximo de 40 millones de euros, de acuerdo con el cumplimiento de los objetivos.
Tras el acuerdo alcanzado el mes pasado entre ambas partes, el perímetro de la transacción ha quedado finalmente definido de forma que se traspasa a Blackstone la gestión de un volumen cercano a los 9.000 millones de activos, propiedad de CatalunyaCaixa y de la Sociedad de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).
Asimismo, y después de cerrar la negociación de los aspectos operativos de la transacción, 150 empleados conservan su puesto de trabajo en la plataforma inmobiliaria, ahora propiedad de Blackstone, y se desvinculan de la entidad financiera. Para CX éste ha sido un aspecto clave de la negociación de la venta, en el contexto del acuerdo laboral alcanzado con la totalidad de los representantes sindicales de los trabajadores de la entidad financiera, de acuerdo con el plan de restructuración aprobado por Bruselas.
Se ha firmado, también, la continuidad de Eduard Mendiluce como consejero delegado al frente de la nueva compañía, que un referente de la gestión inmobiliaria en España, dado el elevado volumen de activos bajo gestión, cercanos a los 9.000 millones de euros, y su destacada capacidad de comercialización, con 6.000 unidades vendidas o alquiladas en 2013.
La operación de venta de la plataforma inmobiliaria, llevada a cabo con celeridad dada la buena disposición de las partes, ha contado con el asesoramiento financiero, legal y laboral de las firmas N+1, Deloitte Abogados y Sagardoy, respectivamente.
La venta de la plataforma de servicing inmobiliario forma parte del programa de desinversiones en actividades que no forman parte del negocio bancario nuclear, del mismo modo que recientemente se ha hecho con CXTelentrada, que se suma a la ejecución de otros aspectos clave del proceso de reestructuración de la entidad, como son el canje de instrumentos híbridos, el cierre de un acuerdo laboral para la realización del ERE y la venta de una cartera de créditos fallidos de 1.480 millones de euros.
De este modo, la entidad, que ha recuperado ya la senda de generación de resultados positivos, presenta hoy un balance saneado, un nivel de activos inmobiliarios de tan sólo el 2,5% del total de activos de balance, una elevada solvencia y una holgada liquidez, lo que la hace más atractiva para afrontar una eventual privatización.