Genera recursos y aumenta su facturación, tiene tesorería suficiente, y apenas 180 millones de deuda. Aunque no se lo crean, son datos actualizados del balance de una inmobiliaria Insur, la única cotizada que está siendo capaz de sobrevivir en la tempestad que sigue arrasando el sector.
Inmobiliaria del Sur no es ajena a todo lo que está pasando, y de hecho su presidente, Ricardo Pumar, lo dejó caer en la última junta, al reconocer que los precios de la vivienda tardarán muchos años en recuperar los niveles que se daban antes del estallido de la burbuja. Si es que vuelven. Pero, más allá de esta importante vicisitud, la promotora está empeñada en aprovechar las oportunidades que ofrece el cambio de ciclo.
¿Y dónde están esas oportunidades?, se pregunta más de uno. En Insur tienen claro que, como sea, hay que entrar en el nicho de mercado de la gestión de activos inmobiliarios en manos de las entidades financieras. Y es aquí, donde la promotora andaluza cuenta, además de un balance saneado, con la integración vertical de la actividad de construcción, que no precisa de la entrada de terceros.
La capacidad de reacción de Inmobiliaria del Sur se pudo percibir el pasado año, cuando en una coyuntura adversa, que motivó la necesidad de aportaciones de 25 millones para cubrir el deterioro de sus activos, adoptó una estrategia de defensa del balance, a costa de la cuenta de resultados, ajustando los precios de sus productos para primar el objetivo de liquidez y la reducción del endeudamiento financiero.
A pesar de la situación, fue capaz de mejorar sus ingresos en casi un 20%. El aumento de la actividad promotora en un 30%, con la entrega de 157 viviendas y tres locales comerciales, se compensó con la caída en un 11% de la gestión patrimonial por la fuerte presión a la baja de los precios de arrendamiento.
Así, además de mantener los ratios de liquidez y fondo de maniobra, logró reducir su deuda financiera en un 7,4% hasta situarla en 179,7 millones de euros. Además, esa reducción o se consiguió sólo con venta de producto terminado y sin venta alguna de activos destinados a arrendamiento.
Asimismo, se anotó un Ebitda de 12,3 millones y un beneficio de explotación de 10 millones de cara a generar recursos suficientes para atender el servicio de la deuda". Una deuda, reordenada hace un año, y cuyo vencimiento para el 91% de su importe, está aplazada a muy largo plazo de entre 15 y 21 años.