Madrid. Nueva vuelta de tuerca de la inmobiliaria Colonial. La segregación de los activos del negocio promotor realizada a finales de 2010 no basta. Parecía que esa estrategia iba a funcionar, y de hecho se empezaron a obtener beneficios, pero finalmente se ha visto que el ahondamiento en la mala situación del mercado inmobiliario hace inviable que estos negocios sigan unidos patrimonialmente a la matriz, por lo que se han empezado a dar los primeros pasos para su desvinculación total.
Aunque Asentia, la sociedad en la que se depositaron los suelos y las viviendas, quedó provisionada al 100% cuando se efectuó la segregación, las nuevas pérdidas que se van produciendo consolidan en el resultado del Grupo. Esa y no otra es la razón para encaminarse hacia la definitiva separación patrimonial.
Un análisis pormenorizado de la cifra de negocios alcanzada por estas actividades permite comprobar cómo su comportamiento ha resultado paupérrimo, en línea con lo registrado por el resto de inmobiliarias cotizadas. Durante los tres primeros meses de 2012 solo se ingresaron 1,4 millones de euros por la venta de viviendas y ni un euro por la enajenación de terrenos. E incluso Riofisa, la filial de centros comerciales y otras actividades promotoras, solo aportó 4,6 millones, un 37% menos que en el primer trimestre de 2011.
Un negocio residencial en el que Colonial –primero con Colren y ahora definitivamente a través de Asentia–, continúa con su estrategia de reducir progresivamente su presencia, como lo demuestra el hecho de que el número de viviendas en stock haya disminuido un 23%. Son ahora 199 viviendas las viviendas acabadas, de las que 7 ya han sido prevendidas, contabilizando ingresos futuros de 1,4 millones de euros y otras 192 siguen disponibles. Además de las viviendas, se cerró la venta comercial de locales comerciales por un valor de 2,1 millones de euros.
Respecto a la deuda financiera, Asentia, Riofisa y el resto de filiales englobadas como actividades discontinuada suman 1.398 millones de euros, con un préstamo de 896 millones proveniente de la reestructuración del sindicado que el Grupo Colonial formalizó con las entidades acreedoras el 19 de febrero de 2010. El resto de la deuda neta proviene de los 369 millones que arrastra Riofisa y otros 133 millones de otras filiales.