Madrid. “Compañía Levantina de Edificación y Obras Públicas, S.A. comunica que se ha visto precisada de presentar solicitud de concurso voluntario de acreedores, ante la inminencia del transcurso del plazo previsto al artículo 5 bis LC a los efectos de la obtención de adhesiones al acuerdo marco de refinanciación, previsto en la disposición adicional cuarta LC”, con este hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicaba Cleop, la compañía presidida por Carlos Turró, a los mercados que no ha logrado acuerdo con sus acreedores y su insolvencia le aboca a la quiebra.
Lo hace cuando está a punto de vencer el plazo de cuatro meses que otorga la Ley Concursal para intentar alcanzar ese acuerdo. Entonces, la razón dada para verse abocada a solicitar el preconcurso hacía referencia a los retrasos que sufría en el cobro de los importes que le adeudaban diversas administraciones públicas.
Cleop registraba 523.000 euros de pérdidas durante el primer trimestre de 2012, frente a un beneficio de 28.000 euros en el mismo periodo del año anterior, en parte debido a la caída de un 31% de la cifra de negocios, con apenas 12 millones de euros. Su deuda asciende a más de 135 millones, de los que 48,72 millones corresponden a pasivo a corto plazo. Cuenta con una cartera de obras pendientes de ejecutar por más de 71 millones de euros, un tercio de ellas fuera de España.
Fergo Aisa, presidida por Carlos Fernández, lleva el mismo camino. En su caso, el plazo para llegar a un acuerdo con los acreedores vence el próximo 3 de septiembre, pero las negociaciones no avanzan lo más mínimo. Y el lastre hace mella. Cada vez más deudas impagadas y sin un inversor que inyecte capital para avalar los proyectos que tiene entre manos en el extranjero. Suma una deuda financiera de 514 millones de los que 178 ya están vencidos y no pagados, otros 16 millones lo hacen a finales de este mes de junio y 7 más al acabar el ejercicio.