“En breve saldrán a concursos determinadas líneas de largo recorrido de Renfe”, anunciaba hace unos días la ministra de Fomento. Una liberalización del mercado por la que, previsiblemente, haya codazos siempre que, como ha sucedido en otras ocasiones, no se produzcan más retrasos, y todo se quede en nada. Pero, si confiamos en la palabra de la ministra, la próxima primavera podrían entrar en competencia directa con Renfe los operadores que deseen explotar las líneas del AVE y de larga distancia.
De momento, parte del camino ya está hecho con la segregación llevada a cabo en Renfe, con varias sociedades dedicadas a viajeros, mercancías, fabricación, mantenimiento y alquiler de material.
La publicación en el BOE del concurso despejará todas las dudas existentes, aunque se da por descontando que Fomento tiene la intención de que todo este proceso de liberalización se lleve a cabo de forma gradual y con una especial protección para Renfe, que tendrá potestad para operar en todas las líneas sin necesidad de pujar por los títulos habilitantes. También habrá de desvelarse cuántos operadores habrá por línea y cuáles serán las que se abran inicialmente a la libre competencia.
Y ahí están todos los interesados. Empresas españolas y extranjeras. Dedicadas al transporte, como Alsa, o grandes especialistas en el negocio concesionario, como Ferrovial, OHL o Acciona.
La familia Lara o el gigante público francés SNCF a través de española Comsa Rail Transport también han dejado ver su intención de optar a estas licencias, como también lo han hecho la firma de autobuses Arriva-DB, filial de la alemana Deutsche Bahn, y Globalia, el grupo propietario de Air Europa.
En principio, la puja se centrará en los grandes corredores de Alta Velocidad de Madrid a Valencia, Sevilla y Barcelona, en los que las operadoras tienen más oportunidad de negocio. El resto de líneas de larga distancia podrían salir a concurso mediante concesiones otorgadas bajo condiciones reguladas por el Ministerio.
Sin duda, los intereses nacionales pesarán lo suyo, y la familia Lara, tras el papel jugado en la génesis de la aerolínea Vueling, se ha posicionado con fuerza, a través de su holding Hemisferio, con la constitución de la sociedad Veloi Rail para operar rutas de tren en España, especialmente las líneas de alta velocidad que unen Madrid con Barcelona y Valencia.
Alsa, por su parte, no ha especificado si está dispuesta a competir con Renfe en los grandes corredores de Alta Velocidad o si prefiere el resto de servicios de larga distancia o las cercanías. Ferrovial sí lo ha hecho, y cuenta con licencia de operador desde marzo de 2011, a través de la filial Ferrovial Railway, pero aún no ha tenido actividad en el sector de la gestión ferroviaria, a diferencia de su amplia experiencia en aeropuertos y carreteras.