Madrid. Las aguas bajan turbias en ACS. Solo se habla, un día sí y otro también, de la imperiosa necesidad de obtener los 900 millones de euros que restan para cubrir los vencimientos de deuda previstos para el presente ejercicio, y los bancos acreedores no parecen estar muy por la labor de refinanciar ese endeudamiento, como ha quedado demostrado con la reciente venta acelerada, con cuantiosas pérdidas, de un paquete de acciones de Iberdrola correspondientes al 3,7% del capital de la eléctrica.
Están en venta buena parte de los activos considerados no estratégicos –renovables, líneas de alta tensión en Brasil, desaladoras y diversos activos concesionarios de autopistas–, pero, si no se consigue liquidez por esa vía, habrá que volver con fuertes minusvalías el paquete del 15% que todavía ostenta en Iberdrola. Algo que sería difícil de asumir por la mayoría de los accionistas, que acaban de ver cómo la reciente venta del 3,7% de la eléctrica se saldaba con unas pérdidas superiores a los 700 millones de euros, una vez sumados los impuestos inherentes a la desinversión.
De momento, ayer mismo, la constructora que preside Florentino Pérez comunicaba a los mercados que, a través de Admirabilia, sociedad en la que ACS ostenta una participación económica del 99%, había vendido un paquete de acciones de Abertis, representativo del 10,035% del capital de esta sociedad, por un precio total de 875,3 millones de euros y con una plusvalía estimada antes de impuestos de 191,5 millones de euros.
Tras la desinversión por parte de ACS en Abertis, la constructora controlada por la familia March a través de la Corporación Financiera Alba, ha alcanzado un acuerdo con Trebol Holdings por el que ha quedado extinguido el pacto parasocial suscrito en septiembre de 2010.
Operaciones que, como ésta, serán una constante hasta que se consigan esos cerca de 1.000 millones que eviten, primero, volver a vender más ‘iberdrolas’ con fuertes pérdidas, o volver a renegociar la deuda financiera de más de 9.000 millones, aparte de los que sirvieron para financiar los activos que están en venta.
El problema es que esas potenciales compras están lastradas, en estos momentos, por las fuertes restricciones crediticias y de acceso de los mercados mayoristas. Tras los aproximadamente 1.500 millones de vencimientos de deuda ya refinanciados, si se incluye los casi 200 millones de plusvalías obtenidas por la venta del 10% de Abertis, quedarían otros aproximadamente 900 millones para cubrir los vencimientos previstos.