Madrid. La burbuja inmobiliaria estalló a partir del año 2008 arrastrando consigo a la economía española a una crisis sin precedentes. Los excesos del sector inmobiliario, con crecimiento desaforado y sin freno en los primeros años de la década, fueron el canto del cisne de un ámbito económico condenado a vivir una profunda reestructuración.
La alegría constructora, principal motor del llamado 'milagro español', fue también el protagonista negativo de un colapso financiero, que sigue sin solucionarse. Así las cosas, el sector inmobiliario español, como indican varios de sus responsables, precisa un cambio drástico para adaptarse a las nuevas circunstancias.
Se prevé que en el futuro este sector sea más pequeño y profesionalizado. Son condiciones indispensables para recuperar parte de la rentabilidad de antaño. Esto podría suponer nuevos cierres de pequeñas inmobiliarias como consecuencia de los reajustes del sector.
La producción de viviendas continuará su descenso, dado que el nivel de demanda también está a la baja, consecuencia de la crisis económica que azota a los ciudadanos. El fin de los créditos fáciles, y la menor capacidad financiera de los particulares han provocado un mayor respeto a las hipotecas.
Diferentes representantes de asociaciones de inmobiliarias abogan por diversificar el sector, estabilizar los precios y ofrecer una mayor cantidad de vivienda de alquiler para adaptarse a los nuevos tiempos. Los alquileres pueden ser una opción de futuro para una ciudadanía con menores recursos que en el pasado. Por otro lado, las inmobiliarias y los constructores piden una mayor flexibilidad del sector por parte del Gobierno, con el fin de desatascar un negocio que sigue muy paralizado en la actualidad.
Otra de las opciones de futuro que se apunta es el mayor peso que puede tener en el mercado la vivienda turística. Este tipo de vivienda supone en una tercera parte del stock actual, y darle salida puede ser un salvavidas para el sector inmobiliario. Atraer a compradores foráneos será uno de los objetivos para vender parte del stock de vivienda turística.
El peso del mercado inmobiliario en España fue clave en años de crecimiento. Su adaptación a los nuevos tiempos es imprescindible para el progreso de la economía española.