Madrid. No cabía un alfiler. 6.000 millones son muchos millones, y más en los tiempos que corren. Fue tanto el interés por conocer los detalles del contrato para las obras para que el AVE llegue a Galicia que la sala habilitada por el Ministerio de Fomento se quedó pequeña para recibir a las más de 140 empresas constructoras y firmas especializadas en servicios técnicos, de ingeniería y de tecnología, que respondieron a la invitación cursada.
Todas, grandes y pequeñas, querían saber de primera mano, antes de publicarse la licitación en el Boletín Oficial del Estado durante el primer trimestre de 2011, los detalles de la construcción de 344 kilómetros de vías de alta velocidad y también de las tareas de conservación por un periodo de 25 años de los 432 kilómetros que separan la localidad vallisoletana de Olmedo de Santiago de Compostela. Y todo por un presupuesto que superará los 6.000 millones de euros.
El presidente de Adif, Antonio González; el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, y la secretaria general de Infraestructuras, Inmaculada Rodríguez-Piñeiro, desgranaron los pormenores de las obras, un día después de que Fomento comunicara al Diario Oficial de la Unión Europea el anuncio, previo a su publicación en el BOE. A falta de su remate final, los números que se barajan son de unos 4.550 millones por las obras propiamente dichas y otros 1.200 por el mantenimiento posterior de la infraestructura, a partir de 2015, durante 25 años.
La financiación público-privada establecida llevará a Fomento a aportar unos 900 millones, siendo el resto financiado por las empresas, con fondos propios y con créditos avalados por el Gobierno, del Banco Europeo de Inversiones y otras instituciones financieras.
Desde el punto de vista, la obra establece la construcción de la plataforma de los tramos pendientes entre Ourense y Lubián, la electrificación, señalización e instalaciones de seguridad entre Olmedo y Ourense.