Nueva York. Se puede utilizar en cualquier lugar, tanto en interiores como exteriores. Está presente en viviendas, edificios oficiales, aeropuertos, hospitales, centros comerciales y de ocio. Es, sin duda, un todoterreno dentro del sector de los materiales de construcción y parece no tener límites. Esta joya constructiva es el gres porcelánico y gracias a su versatilidad comienza a hacerse un hueco en el mundo del arte.
Conscientes de todas sus posibilidades, en 2005 los responsables de la neoyorquina Metropolitan Transport Authority (MTA), a través de su departamento “Art For Transit”, se pusieron en contacto con la sucursal americana de la empresa madrileña Alcalagres para proponerles un reto: plasmar en gres porcelánico una de las obras del estadounidense Sol LeWitt.
Pionero del arte conceptual, el artista utilizó en su obra diversos soportes y materiales como forma de expresión. Entre ellos, destacan sus 1.200 murales en los que utiliza el color y la forma para transmitir conceptos-ideas. El resultado se llena de movimiento e invita al espectador a recorrer la obra de forma activa.
Precisamente un mural inédito -“Whirls & Twirls”- fue el escogido para cobrar vida en el vestíbulo de la estación de metro 59th Street-Columbus Circle de Nueva York gracias a la cerámica española. El diseño sigue la línea de sus tradicionales Wall Drawings pero, en este caso, con una estructura más compleja, ya que muchas de las piezas son curvas.
La misma complejidad del proyecto llevó a Alcalagres a contactar con otra de las empresas españolas punteras del sector, COARCE, especializada en water jet -corte de chorro de agua-, tecnología que permite conseguir piezas con formas hasta ahora inimaginables. COARCE se encargó de varias fases de la ejecución técnica, como la vectorización informática de los planos originales del artista y el posterior corte de las piezas.
Actualmente, como señalan desde COARCE, tienen en desarrollo varios proyectos internacionales, entre los que se encuentra otro mural artístico para un museo de arte moderno en Alemania, así como la realización de la fachada de un edificio singular en Londres. También preparan el pavimento de un hotel en Oman y de una villa en Uzbekistán.
Una obra que desafía al tiempo
Por primera vez, una obra de Sol LeWitt trascendería de las efímeras pinturas acrílicas sobre muros a la durabilidad del gres porcelánico, un salto no exento de dificultades.
De todas ellas, la más complicada de superar, porque afectaba a la esencia misma de la obra, fue encontrar los colores adecuados. Los diseños de LeWitt estaban concebidos para ser pintados y por lo tanto la paleta cromática era más amplia que la utilizada en cerámica. Decenas de pruebas después, que el mismo Sol LeWitt supervisó poco antes de fallecer en 2007, Alcalagres consiguió satisfacer los deseos del artista.
Salvado este escollo, quedaba otro no menos importante. Como explicaba Diego Suárez, gerente de COARCE, acoplar una obra de arte de grandes dimensiones a un edificio ya construido es algo muy complicado. Por eso, el mismo Suárez supervisó in situ la instalación del mural.
“Whirls & Twirls”
La obra, que se inauguró a finales de 2009, ocupa de 100 metros cuadrados de la pared frontal del vestíbulo de la estación. Un total de 315 piezas de 45×90 esmaltadas en seis colores: amarillo, verde, rojo, azul, violeta y naranja -con protección antivandalismo- que serpentean y se enlazan como reflejo de las personas que se mueven con ritmo y velocidad por Nueva York.
Formas sinuosas y colores cambiantes que en palabras de LeWitt buscan “ser mentalmente interesantes para el espectador” y de esta manera “alcanzar el objetivo de todo artista que hace arte conceptual”.