La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) ya no reúne las condiciones reguladas por el Banco Central Europeo (BCE) para imprimir los billetes. Por ello, el Banco de España se ha visto obligado a comprar al Ministerio de Defensa un solar en el barrio de Vicálvaro de la capital.
A través de Imbisa, ha pagado casi 40 millones de euros al Instituto de la Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied) por un terreno de 142.000 metros cuadrados donde edificará la nueva fábrica.
Los terrenos adquiridos para construir la nueva instalación -que albergará a unos 270 empleados- están situados entre la zona este de Madrid, entre la M-40, el camino viejo de Vicálvaro y la avenida de Daroca.
La sociedad Imbisa fue constituida por el Banco de España en junio de 2015, con un capital de 50 millones para cumplir con la nueva regulación del BCE, que reclama que la fabricación de los billetes se realice a través de unas empresas privadas previa licitación, o a través de los bancos centrales nacionales.
Controlada en un 80% por la institución que preside Luis María Linde, el 20% restante lo seguirá ostentado la Fábrica de la Moneda hasta diciembre de 2017, momento en el que también pasará a manos del supervisor.
La transmisión de los terrenos de Vicálvaro se instrumentará mediante un convenio entre el Invied e Imbisa, con el otorgamiento de escritura pública, que tendrá lugar en el plazo máximo de tres meses desde que se acordó la venta.
A la formalización del acuerdo se realizará un pago de 1,97 millones de euros, en concepto de entrega de los terrenos y como parte del precio del inmueble y el resto, es decir, 37,4 millones, a la firma de la escritura pública de compraventa.
Pese a la compra de estos terrenos la nueva fábrica no estará operativa hasta 2020, año en el que se espera que se haya construido el inmueble que cumpla con todos los requisitos de seguridad que reclama el BCE para la impresión de billetes.
El cupo de billetes que puede imprimir cada país de la zona euro lo fija el Banco Central Europeo. Para España, en concreto, el tope fijado para el ejercicio que está a punto de finalizar es de 800 millones de billetes, aunque para el próximo año el número será menor, ya que, según explican fuentes financieras, la idea es ir reduciendo poco a poco la fabricación de efectivo en favor de los medios de pago electrónicos o el pago con móvil.