La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, siente «un poco de vergüenza» hablar con alcaldes, como los de París y Nueva York, y constatar la poquísima vivienda social que tiene el Ayuntamiento de Madrid, sobre todo si se considera que la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS) tiene 6.000 demandantes en este momento.
Por eso, es intención del consistorio que preside acabar la legislatura con 4.000 viviendas sociales para seguir paliando el desastre humanitario de las ejecuciones hipotecarias, porque en una sociedad con el nivel de riqueza y desarrollo como el actual se puede conseguir el objetivo de garantizar vivienda para todas las personas que la necesitan.
En este sentido, la primera edil de la capital ha avanzado un plan de construcción de vivienda social, que se anunciará a lo largo del próximo verano. Una de las opciones que ha planteado la alcaldesa pasaría por incrementar la edificabilidad en los proyectos de rehabilitación.
A eso ha sumado, apuntaba Carmena, que están en tratos con los bancos para la cesión del uso de viviendas, pensando en el alquiler, junto a la posibilidad de construir en suelos que el Ayuntamiento tiene disponibles. Igualmente se estudian vías para dar más seguridad a vecinos que cedan sus propiedades al Consistorio.
También ha abordado la opción de ir a un alquiler cero para casos de emergencia total y ha anunciado la nueva configuración de la Oficina de Mediación Hipotecaria, que dará paso al apoyo y al asesoramiento desde el próximo 1 de septiembre. Sobre la Oficina, Carmena ha destacado que han sido mil personas las que han intervenido hasta el momento en los procesos llevados a cabo.
La primera edil tampoco ha obviado la pérdida de patrimonio y no sólo por la venta a ‘fondos buitre’ -acordándose de los casi 2.000 pisos de la EMVS vendidos al fondo Blackstone por la anterior corporación-, sino porque en las últimas décadas la Administración se decantó por la propiedad y no por el alquiler, lo que impide que en este momento se produzca el lógico proceso de recambio en las viviendas de la EMVS.
Sobre las ocupaciones ilegales de viviendas, Carmena, durante su intervención en un desayuno de trabajo, ha instado a dibujar una línea entre la ocupación por necesidad y las oficinas del crimen, las mafias que se aprovechan de la necesidad de las familias. De la primera ha destacado que no la puede alabar sino lamentar al ser fruto de una estructura social que ha sido tan agresiva para aquellas personas que no tienen más alternativa que dar una patada en la puerta.