El Plan Joven, aquel programa ideado en 2004 por la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, hace ya muchos años que pasó a mejor vida, pero todavía colean algunas promociones del extinto Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), a las que el nuevo Ejecutivo regional dirigido por Cristina Cifuentes trata de dar salida de la mejor manera posible.
Y, como con inquilinos exclusivos del Plan Joven, resulta imposible cubrir los pisos, ahora estas promociones se llenan de familias de lo más variopintas, que han sustituido al 80% de los jóvenes que hace ocho años resultaron adjudicatarios y que, claro, la inmensa mayoría, ante la demora en la entrega, decidieron buscar otras alternativas.
La promoción de la parcela 1.22.2 del PAU de Carabanchel es un ejemplo evidente del fiasco que ha supuesto el Plan Joven. Cinco años después de iniciarse su construcción fueron entregadas las 192 viviendas la semana pasada, en un acto en el que Cifuentes estuvo acompañada del consejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda, Pedro Rollán.
Al final, solo 40 de los 192 pisos en alquiler con opción a compra fueron a parar a algunos de aquellos iniciales adjudicatarios -otros se han incluido en los últimos años-. Para cubrir los pisos vacíos que se hubieran quedado, al Gobierno regional le está viniendo como anillo al dedo la fuerte demanda de demanda de alquiler social a precio bajo que, como consecuencia de la crisis económica se está produciendo.
Mata dos pájaros de un tiro. No deja la promoción medio vacía y, además, ofrece una salida a estas familias en condiciones económicas muy precarias. Así, además de las 40 viviendas del Plan Joven, en el inmueble quedarán reservados una treintena de pisos para atender, de manera puntual, a familias que se queden sin viviendas por circunstancias sobrevenidas, como puede ser un desahucio.
El resto de pisos se alquilarán a personas en situación de especial necesidad, que durante los tres primeros meses pagarán 48,76 euros por el alquiler de su vivienda, precio que después se incrementará a 335,4 euros. No obstante, tres de cada cuatro adjudicatarios de estas viviendas se beneficiará de reducciones por su situación familiar o por su nivel de ingresos, de manera que pagaran una media de 151,9 euros.
Junto a los adjudicatarios del Plan Joven y las familias necesitadas, el bloque también contará con la presencia de arrendatarios que responden al perfil de tener una media de 50 años -en el 90% de los casos solteros, separados o divorciados- y con ingresos medios anuales de 7.756 euros.