En España ha tardado en llegar. Eso de que un desconocido se meta en tu casa durante unos días a cambio de hacer lo propio con la suya no acababa de arrancar. A pesar de que en los países anglosajones se trata de una práctica de lo más común desde hace más de medio siglo, aquí no había cuajado.
Sigue siendo una práctica minoritaria, pero son cada vez más las familias españolas que se suman a este fenómeno. Los que prueban por primera vez, repiten, y el boca a boca funciona, de manera que cada año son más los que deciden pasar sus vacaciones a través de este sistema.
Aunque inicialmente han sido Londres o París los principales destinos elegidos, el abanico de opciones se está abriendo hacia el resto de capitales europeas y, cada vez más, hacia espacios rurales con encanto alejados de las grandes ciudades. Fuera de Europa, las grandes ciudades estadounidenses como Nueva York, Los Ángeles o San Francisco son los lugares más demandados.
En cuanto a la duración y el momento del año preferido para realizar el intercambio, son los meses estivales y en periodos de entre diez y quince días los que se llevan la palma.
En general, todas las empresas que canalizan el cambio temporal de casa a través de sus portales en Internet lo hacen cobrando a los clientes una cuota anual de entre 50 y 100 euros. A partir de aquí, se tiene acceso a todas las casas con los que cuenta cada empresa, y se puede hacer un uso ilimitado de los intercambios, con lo que, además, de en verano, los interesados pueden también echar mano de esta práctica en otros periodos, como Navidad o Semana Santa.
A más datos facilitados de la vivienda propia, mayores serán los interesados. Cualquier detalle que se proporcione será tenido en cuenta, aunque sean pequeños detalles como que una puerta se atranca o tener la precaución de subir despacio las persianas para evitar que los topes se rompan y se quede inutilizada. Y, claro, uno de los aspectos más importantes, el de detallar claramente las fechas disponibles así como un listado de los destinos preferidos.
Al tratarse de un acuerdo entre dos partes, en ocasiones el periodo para cerrar el intercambio se puede demorar más de lo previsto, y no es anormal que se tarde hasta un par de meses en dejarlo todo atado.
Además del pago de esa cuota anual para acceder a estos portales especializados, existen otros filtros para salvaguardar la confidencialidad, como es la imposibilidad de que nadie pueda conocer un correo electrónico, dirección o número de teléfono hasta que las dos partes se han puesto de acuerdo.