Los últimos proyectos de viviendas en régimen de cooperativa dejan entrever una profunda transformación de este modelo de promoción. Nada que ver con aquellos bloques de casas baratas promovidas durante la dictadura de Primo de Rivera, procedentes de las cooperativas sindicales, y cada vez menos con esos otros modelos de viviendas protegida que, durante los últimos 40 años, han proliferado en las zonas de expansión de las grandes ciudades.
Pero algo está cambiando en este modelo. Ya no son las centrales sindicales o gestoras ligadas a estos las que suelen estar detrás de estos proyectos. Las viviendas tampoco son protegidas, como solían serlo, ni se ubican en áreas periféricas. Ahora, las gestoras son independientes, los pisos, aunque a precio de coste, son de tipología alta calidad y, lo más llamativo, se trata de proyectos ubicados en algunas de las mejores zonas del centro de la ciudad.
Proyectos como el de la Gerencia de Urbanismo o Residencial Prometheus, en el solar que el Ministerio de Defensa va a subastar junto al paseo de la Castellana, ambos en Madrid, son ejemplos de un nuevo modelo cooperativo de viviendas de alta calidad. Iniciativas que nada más salir al mercado acumulan lista de espera.
Una de las conclusiones que se puede extraer, según la consultora Torres y Carrera, es que el precio, en estos momentos, no es el factor determinante para avalar el éxito del modelo cooperativa.
La incipiente recuperación económica parece insuficiente para dinamizar la capacidad de compra de las economías domésticas más humildes. Este motivo serviría tanto para explicar la caída de cooperativas activadas en los últimos años como el mal comportamiento que, en especial, muestran las cooperativas de VPO.
Por el contrario, los proyectos que han apostado por un segmento de alta calidad se han encontrado con dos factores concurrentes en su consolidación: un precio del suelo muy competitivo y por otro, la buena respuesta de los inversores que buscan oportunidades sólidas de negocio.
Con todo, la aparente consolidación de estas cooperativas de alta calidad no debe obviar la necesidad de contar con otros factores en la incierta recuperación del sector inmobiliario. Aspectos como el diseño individualizado de la vivienda forman parte de este reto de futuro. La oferta inmobiliaria se enfrenta a la necesidad de abordar una personalización y una sensibilidad en términos de diseño muy alejados del ladrillo cara vista.