Madrid. El pasado 31 de julio, Sacyr registraba finalmente su nueva denominación para desterrar de la marca a la inmobiliaria Vallehermoso. Pero, por mucho que se quiera relegar la información relativa a la promotora, lo cierto es que el ‘agujero negro’ que supone la actividad de esta empresa en el conjunto del grupo está ahí. Y no hay quien la mueva. Todos los frentes en positivo, menos uno, el de Vallehermoso.
No es de extrañar que los responsables, con el presidente Manuel Manrique a la cabeza, estén tratando de colocar esta auténtica patata caliente a alguien, a quien sea. Y es que, a la vista de los últimos datos conocidos, los correspondientes al primer semestre de 2013, la situación es prácticamente inamovible.
En el segundo trimestre, los datos vuelven a ofrecer un panorama paupérrimo. No se ha ingresado ni un solo euro por venta de suelo ni por prestación de servicios. Por ambos conceptos se recogen los mismos números que se registraban al final del primer trimestre. La única variación se produce por las 80 viviendas entregadas entre abril y junio, que le permitieron ingresar 20 millones de euros.
Mientras tanto, la deuda financiera sigue reduciéndose de manera mínima, cuantificada ahora en 1.199 millones de euros, y que deberá refinanciarse dentro de dos años. Algo que será imposible. Es por ello que se barajan todas las posibilidades para que alguien se quede con la empresa, aunque no llegue a pagar ni por asomo esos supuestos 1.848 millones en los que están valorados oficialmente sus activos. De hecho, algunas de las oferta llegadas hasta el despacho de Manrique en el paseo de la Castellana no pasan de quedarse por la empresa por la asunción de la deuda, con lo que Sacyr no vería un euro.
Otro elemento discordante a sumar en esta operación pasa por el hecho de que el banco malo, la Sareb, se ha quedado con un porcentaje muy elevado del pasivo de Vallehermoso, por la mitad de su valor contable, y que, en principio, se ha negado a respaldar la propuesta de la promotora de practicar una nueva quita.
Una de las razones por las que algunas ofertas realizadas por fondos oportunistas no pasarían de asumir la deuda, reside en la gran incógnita existente sobre el valor de los millones de metros cuadrados de suelo que atesora Vallehermoso.
Si se dan por buenos esos 1.850 millones de valor de los activos, y que por la venta de los 620 pisos de su stock no sacará más de 160 millones de euros hasta el final de la presente década, se tendría que el valor en libros de los suelos estaría en torno a los 1.700 millones. Un precio a todas luces excesivo en las actuales condiciones del mercado. En las de ahora y en las del futuro.
