El Banco de Sabadell se ha adjudicado el Banco Gallego por un euro, tras otra inyección pública de 245 millones para su saneamiento y otros delicados favores y refuerzos. Y claro está, con algunas cargas y obligaciones. Y así conocemos cosas tales como:
En el Faro de Vigo: “El Sabadell se blinda con 245 millones y compra por un euro el Gallego, que le reporta además un crédito fiscal de 200 millones por las pérdidas acumuladas el pasado año y que su nuevo dueño puede hacer efectivo a corto y medio plazo, pero la operación no se le sale solo por un euro. La entidad catalana asumirá 200 millones de euros de desfase patrimonial de la entidad gallega, que cubrirá con el canje de los 192 millones que tiene Banco Gallego en participaciones preferentes. El objetivo es que el capital principal no descienda del 10 por ciento si aparecen pérdidas futuras por morosidad. Además deberá asumir, "unas decenas de millones", el coste de la reestructuración de oficinas y personal, que será mínimo en Galicia, servicios centrales del Gallego y poco más, y que se concentrará en la red fuera de la comunidad.”
En muchas otras fuentes podrá usted encontrar más detalles. Y me parece oportuno conocer lo que dice de la compra el propio Banco de Sabadell.
¿Y qué consigue con esta operación el Banco de Sabadell? Pues según su propia nota: “Con Banco Gallego, Banco Sabadell incrementa su cuota de oficinas en Galicia hasta el 7% (de las 28 oficinas actuales a las 145 después de esta adjudicación) y se sitúa como sexta entidad de la comunidad, disponiendo ahora de una plataforma operativa desde la que puede impulsar su negocio minorista en una región que supone el 5,3% del PIB español. Los activos totales de Banco Gallego suman 4.200 millones de euros, con 3.000 millones de euros en recursos y una inversión crediticia de 2.200 millones de euros. Dispone de una red de 183 oficinas (117 en Galicia y 28 en Madrid), una plantilla de 737 profesionales y 125.000 clientes. Los Activos totales de Banco Gallego suman 4.200 millones de euros, con 3.000 millones de euros en recursos y una inversion crediticia de 2.200 millones de euros. Dispone de una red de 183 oficinas (117 de ellas en Galicia y 28 en Madrid), una plantilla de 737 profesionales y 125.000 clientes.”
¿No está mal, verdad?
Pues por eso no nos extraña la satisfacción del Sr. Josep Oliú –el de la lapidaria frase de "El crédito no fluye ni fluirá" (en España hasta 2015)- por el desenlace de la “subasta competitiva” en la que entró en liza con otros dos bancos foráneos: El portugués Banco Espirito Santo (BES) y el venezolano Banesco. Aunque como la satisfacción también va por barrios, nos enteramos que la adjudicación va a ser recurrida por el BES.
Pero para que también la ciudadanía participe de esa fiesta elevamos en su nombre un ruego al FROP y es que disfrutaríamos más su decisión si pudiésemos conocer las razones por las que ha considerado, de las tres ofertas recibidas, la del Sabadell como “la más adecuada”.
Para terminar le muestro mi indignación ante la solución elegida por nuestro Gobierno, como ha sido la de pasar a manos privadas –a los propietarios del Banco de Sabadell- otro banco –de propiedad pública con añadidos y ventajas cuyo coste recaerá sobre los ciudadanos – y no haber considerado la opción de que con éste y otros bancos viables “armar”, construir, la Banca Pública que nuestro país necesita. Bancos, como hoy el Gallego y como el de Valencia ayer –también vendido a un euro, esta vez a la Caixa, hace unos meses- podrían haber contribuido a edificarla.
Finalmente le dejo con una obviedad siniestra: si esos bancos y otros que han sido malvendidos no fuesen viables ¡no hubiesen sido adquirido por esos particulares! Y como sí lo van a ser, sus beneficios serán –lógicamente- para sus propietarios particulares y no para los ciudadanos que tendrán que pagar en cambio sus pérdidas anteriores.
Es necesaria una Banca Pública competitiva y el Gobierno tiene la obligación de defender los intereses de los ciudadanos frente a los Señores del Dinero; mientras tanto me quedo con el “esplín” muy disparado ya que no acierto a entender cómo puedo no alegrarme con esa estupenda y gozosa noticia que tanto va a ayudar a la recuperación del sector bancario español y por tanto a la economía española. ¡Estaré ciego!