Madrid. El grupo asegurador Mutua Madrileña ha sido durante décadas, y lo sigue siendo, el propietario de algunos de los inmuebles de oficinas mejor situados en la ‘zona prime’ del paseo de la Castellana y de otras vías selectas de la capital, pero la inversión en el sector inmobiliario parece haber llegado a su fin, como acaba de dejar caer su presidente, Ignacio Garralda.
Y eso que la gestión del patrimonio permitió que el valor de los activos, a precios de mercado, ascendiese a finales de 2012 a 5.830 millones, 140 millones más que un año antes, con unas plusvalías latentes de unos 500 millones sobre el valor en balance.
Pero la decisión ya está tomada, y el plan de desinversiones, en cuanto el mercado ofrezca una mejora de las condiciones actuales, se va a acometer. No es que necesite liquidez para afrontar la nueva estrategia de internacionalización del negocio, pero siempre viene bien.No hay previsión de desinversión alguna, aunque algunas hablan de ventas en torno a 500 millones de euros. De ese patrimonio de 5.830 millones, casi 1.400 millones corresponden a inmuebles y casi otro centenar a aparcamientos.
Se trata de volver a la actividad original. En la mayor parte de sus 80 años de vida la Mutua ha centrado su actividad en seguros y en inmuebles, y solo en las dos últimas décadas se ha adentrado en operaciones financieras. Ahora se considera que ha llegado el momento de centrarse más en el negocio asegurador y en el financiero y, por tanto, reducir su patrimonio inmobiliario.
La crisis se ha cebado especialmente con Torre Cristal, el edificio emblemático con el que el grupo pensaba obtener unas altas rentabilidades que, finalmente, no han llegado. No obstante, se confía que de las conversaciones que se mantienen con varios clientes puedan cerrarse nuevos contratos, de manera que al finalizar el presente ejercicio la ocupación esté muy cerca del 50%.
En esa internacionalización, México, Perú y, sobre todo, Colombia son algunos de los países donde Mutua, de la mano de un socio local, se adentraría. Primero, en los ramos de autos y salud, y luego ya se vería. De momento, se está en la fase de selección del banco de inversión y del despacho de abogados para elegir el país y desarrollar la operación, que se haría con fondos propios, sin endeudarse. Cuentan con cerca de 2.500 millones, aunque no serían, en ningún caso, operaciones de gran calibre.