Madrid. Roca, la emblemática firma española de sanitarios, ha tratado de mantener el tipo durante estos cinco años de profunda crisis inmobiliaria. Pero llega un momento que la situación no se pueda prolongar más.
Las cuentas no salen por ningún lado porque, la verdad, con las apenas 50.000 viviendas que se van a iniciar este año en España no hace falta contar con una plantilla tan abultada.
Es la razón por la que la empresa va a proceder a cerrar la fábrica de Alcalá de Guadaira, en Sevilla , por cese de la actividad, lo mismo que ocurrirá con la sección de porcelanas sanitarias en la factoría de Alcalá de Henares, que se mantendrá abierta para la fabricación de otros productos. Total, casi 500 despedidos.
A pesar de diversas medidas para intentar reactivar el mercado, como inversiones en el campo comercial y del marketing, las ventas unitarias de porcelana han caído un 68% desde 2006, por lo que la producción de las plantas en España no alcanza el 30% de su capacidad total y la rotación de existencias llega a casi seis meses.
Y, lo que es peor, sin indicios de reactivación, por lo que las medidas temporales, como son los ERES, con vistas a que la situación mejore, se tornan en este caso en costes improductivos e irreversibles. Para 2013 estiman que, de no abordar el despido de esas casi 500 personas, producirían el doble de unidades de las que lograrían vender.
Y más a largo plazo, los responsables de la empresa, a la vista de la mayoría de los análisis, no ven una recuperación sostenida hasta dentro de una década y, en todo caso, con unos parámetros muy distintos a los manejados hasta ahora.
No son las primeras medidas que Roca toma en materia laboral para hacer frente a la crisis. A partir de 2006 llevó a cabo diversos expedientes de suspensión de empleo para adecuar la producción al descenso de las ventas en el mercado español, y con la agudización de la crisis, a finales de 2009 solicitó un expediente de extinción de empleo para 504 trabajadores que entró en vigor en 2010.