Pamplona. El Campus Internacional Ultzama 2012, que tuvo como tema de debate “La belleza: reto y servicio”, reunió del 6 al 9 de septiembre, en Navarra, a jóvenes estudiantes de postgrado de distintas partes del mundo, quienes junto con arquitectos reconocidos, con mucha experiencia, y otros más jóvenes que están iniciando su recorrido profesional, discutieron acerca del papel que la belleza desempeña, como medio o como meta, en el diseño arquitectónico para lograr que la arquitectura atienda a su principal reto que es continuar sirviendo y mejorando a la sociedad. En las discusiones y presentaciones también tomaron parte activa profesionales de otras disciplinas, como la sociología o el periodismo. De esta manera, durante tres días cerca de una treintena de arquitectos y agentes sociales debatieron sobre la situación actual de la arquitectura y su futuro inmediato.
El Campus tuvo tres ámbitos de trabajo. Uno previo de los convocados, que se concretó en un escrito enviado por cada uno de ellos y que una vez reunidos definieron el documento de partida del Campus; y otros dos, durante el desarrollo del mismo: el reservado a los participantes que dio lugar a debates y presentaciones basadas en obras de arquitectura construida, en el Centro Hípico de la Ultzama, en Zenotz (Navarra), donde el protagonismo recayó fundamentalmente en los arquitectos jóvenes. Y un segundo ámbito de discusión las tardes del viernes 7 y del sábado 8, abierto al público y a la participación ciudadana, celebrado en el Museo Oteiza, en Alzuza (Navarra).
Como complemento a las discusiones, y para aliviar la intensidad de las sesiones, los participantes del Campus realizaron visitas, que intensificaron el carácter de convivencia del Campus; así, el primer día, guiados por el Alcalde de Pamplona, también arquitecto, visitaron el Ayuntamiento de Pamplona, el Archivo General de Navarra y el Centro de interpretación de las murallas de Pamplona, recientemente inaugurado y el sábado, el director del Museo-Fundación Oteiza, Gregorio Díaz Ereño, introdujo a los invitados al Campus en la vida y obra de Jorge Oteiza. Los participantes pudieron disfrutar, de las obras del escultor guipuzcoano, del edificio que las alberga (verdadero ejemplo de abstracción construida y una obra señera de la arquitectura española contemporánea), y también de las maravillosas vistas de Pamplona que se contemplan desde su azotea.
Las sesiones abiertas reunieron a cerca de setenta personas cada día, que llenaron la sala de conferencias del Museo Oteiza. Tras las intervenciones correspondientes se produjo un rico debate entre los participantes en el Campus y el público asistente. El debate fue moderado por el periodista Llàtzer Moix.
El Campus concluyó con una jornada de intercambio final, más distendida, en la que se fomentaron los diálogos personales y los `corrillos´ durante la visita a las instalaciones del Club de Golf de la Ultzama, reconocido edificio del arquitecto navarro Fernando Redón, y el paseo por el bosque de Orgi.
Las conclusiones del campus y los textos aportados por cada participante se publicarán en forma de libro igual que se hizo con Campus Ulzama 2011 “Llegadas/partidas”.
Previo a la publicación, el contenido de las discusiones, presentaciones y exposiciones se recoge en el texto que sigue que resume, escueta y brillantemente, lo tratado durante los días 6 al 9 de septiembre en Pamplona y al que dio forma Llátzer Moix, relator del Campus.
Manifiesto Campus Internacional Ultzama 2012
La belleza de la arquitectura, durante siglos asociada a cánones clásicos, y en los últimos años secuestrada por lo icónico y lo espectacular, reclama un nuevo sentido acorde con las exigencias del presente.
No se trata de definirla ni de acotarla, puesto que cabe concebir tantas expresiones de la belleza como arquitecturas. Pero es obligado hallar y explorar los caminos que pueden conducirnos a ella, al objeto de propiciar una estética ética. Afirmamos, en este sentido, que la arquitectura permanece y tiene una dimensión trascendente, a diferencia del grueso de la producción industrial, sujeta a modas y diseñada para la obsolescencia.
Afirmamos que la belleza de la arquitectura tiene que ver con las soluciones esenciales y el desvelamiento. Y que no es un atributo o un objetivo previo, sino una consecuencia de la práctica profesional basada en el rigor, el diálogo con el espacio y el tiempo, la creatividad, la naturalidad, el sentido crítico, la investigación –que no la especulación-, la vocación de servicio –que no el servilismo-, la discreción y la flexibilidad de uso que abre horizontes a la reconstrucción, la rehabilitación y el reciclaje.
En suma, afirmamos que la belleza, productora de intensidad y de emoción, es una meta a la que los arquitectos se acercan cuando dan a la sociedad más de lo que esta reclama, cuando cultivan la empatía con los usuarios y cuando persiguen la eficacia con el fin de mejorar la experiencia vital en todos los ámbitos posibles.
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