La constructora española Ferrovial está muy pendiente de la segunda gran subasta que realiza el Gobierno de Brasil para la concesión, en esta ocasión, de los aeropuertos de Río de Janeiro y de Belo Horizonte, el segundo y el quinto de mayor tráfico en el país, respectivamente, y que juntos mueven el 14% de los pasajeros y el 10% de la carga.
Los derechos para operar por 25 años en Galeao (Río de Janeiro) y por 30 en Confins (Belo Horizonte) serán otorgados al mejor postor. La operadora controlada por la familia Del Pino acude asociada a la constructora local Queiroz Galvao. Cinco consorcios optan al aeródromo de Río, y tres de ellos lo hacen también por el de Confins, en Belo Horizonte. Entre los rivales de Ferrovial, la brasileña Odebrecht Transport, asociada a la operadora Changi, de Singapur, e Invepar, asociada con la alemana Franport.
El adjudicatario que se quede con la concesión del aeropuerto de Galeao, en Río de Janeiro, tendrá que pagar por la licencia un mínimo de 2.195 millones de dólares y comprometerse a realizar inversiones por 1.600 millones de dólares, destinadas, entre otras cosas, a la construcción de 26 nuevos muelles de embarque y a la ampliación del patio para las aeronaves y de los almacenes de carga.
En cuanto al aeródromo de Belo Horizonte, la concesión tiene un precio mínimo de 500 millones de dólares, aunque, en este caso, las inversiones a las que estará obligado el adjudicatario serán algo mayores, en torno a los 1.700 millones de dólares, debido a que, además de 14 nuevos muelles, será necesario construir una nueva terminal y una segunda pista.
Con la privatización de sus principales aeropuertos Brasil se propone atraer inversiones para el sector y mejorar el transporte aéreo de cara al Mundial de fútbol que Brasil organizará en 2014 y a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Se trata de la segunda subasta que realiza el Gobierno brasileño para el sector aéreo, tras la realizada con las terminales de Guarulhos y Viracopos (ambos en Sao Paulo) y Brasilia, en febrero de 2012, con los que recaudó 10.750 millones de dólares en las concesiones.
Ferrovial ya concurrió el año pasado en el primer tramo de privatización de los aeropuertos de Guarulhos, en Sao Paulo, y Brasilia, sin suerte, aunque confía que, en esta ocasión el compromiso con la modernización de las infraestructuras demostrado en otros aeropuertos sea reconocido por el Gobierno presidido por Dilma Rousseff.