Madrid. Si la estrategia de los bancos a la hora de refinanciar las deudas de las inmobiliarias va a cambiar del rumbo marcado hasta ahora –de tirar hacia adelante sin sentido alguno esperando ‘sine die’ que la situación económica cambie–, para tomar el camino seguido con Reyal Urbis, de no poner ni un euro más ante la evidencia de que no lo van a poder recuperar, uno de los grandes perjudicados va a ser el recién nacido ‘banco malo’.
Esa Sareb que alberga precisamente en su seno como accionistas a los bancos que, al no refinanciar más deudas de promotoras inmobiliarias, va a provocar que esta sociedad tenga que empezar a asumir cuantiosas pérdidas nada más nacer.
En el caso de Reyal Urbis, los cerca de 800 millones de activos de esta inmobiliaria traspasados desde las entidades financieras nacionalizadas supondrían tener que reconocer pérdidas de más de 400 millones de euros. A saber, la diferencia entre esa cantidad y el descuento ya aplicado a la hora de realizar el pasado mes de diciembre la transferencia de activos.
Que lo haga es otra cosa, pues ya se sabe que los artificios contables lo aguantan todo, y seguramente tratará de no hacerlo de manera inmediata confiando en que buena parte de esta exposición pueda llegar a ser colocada a terceros en un futuro lo menos dilatado posible o que el concurso se demore lo menos posible para, de esa forma, liquidar cuanto antes la inmobiliaria presidida por Rafael Santamaría y repartirse los activos.
Si lo hiciera, tendría que aportar más capital para su cobertura. Es cierto que tendrían que ser esos mismos bancos que han dejado caer a Reyal Urbis los que tendrían que hacerlo, pero ya no solos al ser el Estado, a través del FROB, el que tendría que aportar el 45% de cada euro ampliado.
Y esos 400 millones de ‘agujero’ para la Sareb tienen toda la pinta de no ser los únicos. Un reguero interminable de inmobiliarias, cotizadas o no, están en el mismo punto de no retorno en el que se ha situado Reyal Urbis. No con tanta deuda concursal de una sola tacada, aunque, al final, seguramente será mucho mayor la que, en conjunto, tendrá que soportar.