La Asociación Hipotecaria de España (AHE) ha hecho balance de la actividad hipotecaria en 2013 y ofrece algunas claves para el próximo ejercicio. Tras un año 2012 caracterizado por fuertes ajustes e inestabilidades, especialmente relacionadas con la evolución de la deuda soberana, 2013 se ha definido como un año de cierta normalización, en el que se ha observado una tendencia de estabilización gradual de la mayoría de indicadores.
En términos macroeconómicos, la salida de la recesión económica en el tercer trimestre del año, aunque frágil, ha contribuido a una paulatina mejora en la confianza de los agentes y a la revisión de las perspectivas de crecimiento. También el mercado laboral ha evolucionado de forma menos negativa, con una desaceleración en la senda de destrucción de empleo que ha dado lugar a los primeros descensos trimestrales de la tasa de paro en los meses de junio y septiembre.
Asimismo, a esta mejora de la confianza ha contribuido notablemente la estabilización observada desde el mes de marzo en los mercados de deuda soberana, que ha dado lugar a un progresivo estrechamiento de los diferenciales de deuda y a una mejora en el acceso a los mercados de financiación mayorista por parte de las entidades de crédito.
En lo que se refiere a la reestructuración del sistema financiero, se ha completado el proceso de recapitalización de la banca en cumplimiento con los plazos establecidos en el MoU y la Sareb inició su actividad de gestión de activos inmobiliarios a principios de año con la recepción de activos procedentes de las entidades del grupo 1 en el mes de diciembre 2012 y del grupo 2 en el mes de febrero.
Finalmente, a la mejora en los niveles de confianza se ha unido la importante corrección de los desequilibrios en el terreno inmobiliario. Aunque todavía queda recorrido, la significativa contracción de la nueva producción de vivienda ha permitido diluir una parte importante del stock de vivienda apoyada en un volumen de transacciones que se han mantenido en todo momento por encima de las 300.000 viviendas anualizadas.
Asimismo, el ritmo de ajuste de los precios de la vivienda ha mostrado signos de desaceleración a lo largo del año, llegando a observarse los primeros repuntes de precios, aunque todavía pequeños, en algunas regiones.
Todo esto hace pensar que de cara a 2014 la actividad hipotecaria se enmarcará en un entorno más favorable que permitirá hablar de un cambio de tendencia en la contratación, aunque las importantes amortizaciones de balance dejarán un 2014 con descensos en el montante de crédito vivo gestionado.