El número de viviendas que se compra al contado aumenta sin parar. Las dificultades para acceder a la financiación y las rebajas de precios de los inmuebles han provocado que las pocas casas que se compran se paguen a tocateja.
Son ya casi el 40% en el último mes contabilizado. De las 23.808 viviendas vendidas en septiembre, solo 14.856 lo hicieron mediante la contratación de un préstamo hipotecario.
El resto de los compradores tiró de los ahorros para pagar la operación, y ahorrarse así los intereses de unos préstamos que nunca se sabe qué pasará con ellos en el futuro. Con esos diferenciales arbitrarios con los que las entidades financieras tratan de paliar el bajo precio de los tipos de interés, y cuyas consecuencias serían terribles en el momento en que se esos tipos aumenten, llevando, en ese caso, la cuota mensual a duplicar o incluso triplicar su cuantía, haciendo imposible afrontar su vencimiento.
El dato vuelve a poner sobre la mesa el hundimiento del mercado hipotecario sobre viviendas. Las 14.856 hipotecas firmadas representan un 30,9% menos que en septiembre de 2012. Y también se reduce el importe medio, a algo menos de 97.300 euros, un 5,5% inferior al registrado el mismo mes del año anterior. El capital prestado supera los 1.445 millones, un 34,7% menos que en 2012.
En los próximos meses, esta disminución en el número de hipotecas firmadas en relación a las viviendas compradas todavía se acrecentará más como consecuencia de las miles de operaciones de compraventa de viviendas que se están registrando por parte de los fondos de inversión, con los paquetes de activos que están adquiriendo a Administraciones Públicas, como el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, y otros más cuya venta se está negociando en estos momentos. Operaciones todas ellas realizadas sin mediar transacción hipotecaria alguna.
Los bancos, vendedores por excelencia tras quedarse con la mayoría de los activos, junto a Sareb, lo están pudiendo comprobar, al aglutinar sus filiales inmobiliarias –la mayoría, salvo las de Sabadell y BBVA, ya vendidas a fondos internacionales– buena parte de las operaciones realizadas. Solvia, la inmobiliaria de Sabadell, gracias a su agresiva política de precios, ha visto cómo un porcentaje muy elevado de las 12.615 viviendas vendidas entre enero y septiembre se hizo al contado. Y el Banco Santander, a través de Altamira, también con un volumen de ventas notorio, lo mismo.