La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de que la inmensa mayoría de los hogares españoles no están preparados para hacer un uso eficiente del agua y la electricidad, tal y como refleja una encuesta realizada a 1.023 personas y publicada en la revista OCU Compra Maestra de noviembre. En concreto, apenas el 5% de los pisos y el 15% de las viviendas unifamiliares podrían calificarse como notablemente eficientes.
Aunque según la encuesta tres de cada cuatro hogares utilizan ya fuentes de luz de bajo consumo y más de la mitad disponen de regletas eléctricas con botón de apagado, otros factores vitales a la hora de conseguir una buena eficiencia están ausentes: por ejemplo, únicamente el 19% de las viviendas tienen sus fachadas aisladas térmicamente; solo un 31% cuentan con todas sus ventanas protegidas con persianas o toldos; y solo un 38% disponen de grifería eficiente en los lavabos, inodoros y duchas, tal y como puede observar en el gráfico que resume estos datos.
La razón principal para ahorrar agua y luz es económica: el 69% de los encuestados reconoce que sus hábitos están muy influidos por el impacto que tienen en el bolsillo, pero también hay muchos que valoran la comodidad y el funcionamiento óptimo de los aparatos (66%), mientras que solo la mitad de los encuestados tiene muy presente la sostenibilidad. A pesar de darle importancia a la economía, solo el 48% concentra el consumo eléctrico en las horas más baratas, aunque tienen tarifa con discriminación horaria en casa.
OCU recuerda que, a partir de marzo de 2021, lavadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, pantallas, lámparas y bombillas deberán lucir nuevas etiquetas energéticas, más exigentes. De entrada, los aparatos que hasta ahora lucían una A+++ mostrarán como máximo una B.
Para ahorrar energía es fundamental que nuestra vivienda esté bien preparada, cuente con un equipamiento eficiente… y en muchos casos no sucede así. Así, un 76% de hogares usa bombillas de bajo consumo, solo un 27% de encuestados dispone de tarifa con discriminación horaria y apenas dos de cada diez edificios tienen un buen aislamiento térmico.
En cuanto a las etiquetas energéticas, nada menos que el 96% de los encuestados las conoce, un 88% entiende bien el significado de las clases de eficiencia y casi tres cuartos de los encuestados cree que son útiles, pero solo dos tercios piensan que son fiables y que las pruebas se hacen en condiciones reales.
Los electrodomésticos con la máxima calificación actual (A+++) son minoritarios en los hogares: un 28% de los frigoríficos, que es el mejor de los casos, y un 15% de los hornos. Y es que muchos encuestados creen que comprar equipos eficientes cuesta más caro y eso puede estar retrayendo su adquisición.