Madrid. Llegaron a ser unas 150.000 las personas que se dedicaban a vender viviendas en España hace seis años, en la cumbre del ‘boom’ inmobiliario a unos meses vista de que todo se viniera abajo con el estallido de la burbuja.
No habría prácticamente ninguna calle céntrica de cualquier ciudad o pueblo que no contara con alguna agencia inmobiliaria. Cualquiera montaba una a la vista de aquella locura de venta imparable de viviendas en busca de jugosas comisiones. Hoy apenas son 40.000. Más de 100.000 empleados inmobiliarios se han quedado por el camino.
Hoy, su rastro cuesta seguirlo, y encontrar alguna agencia resulta, en ciertos casos, una cuestión realmente complicada. Y es que desde 2006 han echado el cierre el 85% de las agencias inmobiliarias españolas. Y lo que queda.
Algunos expertos inmobiliarios, como el consultor Eduardo Molet, que todavía aguanta con su oficina en el distrito madrileño de Chamberí, no cree que el final del túnel se haya superado. Ni mucho menos. El parón que se va a producir ante los precios de venta que fije el banco malo (Sareb) y, sobre todo, el final de las desgravaciones fiscales a la compra de vivienda, son las dos grandes cuestiones que van a retraer todavía más al compra de viviendas y, por tanto, dificultará que subsistan las pocas agencias que sobreviven.
Entre 2007 y 2008 cerraron casi la mitad de las agencias durante esa primera fase de la crisis económica, más o menos lo esperado dado el exceso de oficinas existentes. Debía producirse una ‘limpia’ y se produjo. Era, en parte lógica. Lo que no lo ha sido tanto, por el recrudecimiento de la negativa situación, ha sido ese otro 35% de empresas inmobiliarias que se han visto obligadas al cierre en los últimos cuatro años.
Las más perjudicadas, las oportunistas que surgieron en la época más boyante y de manera individual. Solo han podido sobrevivir, y no todas, aquellas inmobiliarias que llevaban operando en la misma zona desde años anteriores al inicio del ‘boom’ y con la experiencia suficiente para no comprometer sus negocios en este tipo de viviendas.
También están logrando capear el temporal las franquicias y aquellas agencias especializadas en productos concretos, como locales, garajes o apartamentos de alto nivel.