Cada vez que se le preguntaba a Carlos Cutillas, presidente de Inmobiliaria Chamartín, acerca de las ofertas recibidas por la cadena de centros comerciales Dolce Vita, siempre contestaba lo mismo. Que sí, que siempre las había, pero que no existía necesidad de deshacerse de activos a cualquier precio, y que las rentas, aunque se habían ajustado a la baja, daban para seguir pagando los intereses de la deuda asociados a cada centro comercial.
Con las del centro de La Coruña, del que posee el 50%, Chamartín dejará de contar la semana próxima. Aunque, la verdad, quedaban ya muy pocas por cobrar dado el nivel de desocupación existente. El 31 de enero echa el cierre.
El asunto se veía venir, algunos dicen que casi desde el mismo momento en que abrió sus puertas hace más de cinco años, en octubre de 2008, y ya sin ninguna duda cuando abrieron sus puertas otros dos centros, Espacio Coruña y Marineda City. Demasiada competencia, la crisis y la negativa financiera a reflotar el centro comercial han abocado al cierre del segundo
Cuando ya se veía que el centro no funcionaba, los responsables del mismo reconocen haber recibido propuestas de entidades interesadas en dar un nuevo uso al edificio alejado del comercial. Uno de ellos se basaba en convertir la infraestructura en un espacio de ocio. Pero no ha cuajado.
Las cifras de Dolce Vita La Coruña nunca se llegaron a corresponder demasiado con la realidad del centro comercial. Antes de la inauguración se hablaba de 135 locales adjudicados, pero lo cierto fue que el día de la apertura solo había 114 y 80 estaban vacíos. Nació sin cines y algunas de las tiendas de moda se fueron yendo poco a poco, algunas a partir del mes de octubre, cuando se cumplieron cinco años de la inauguración, otras, sin embargo, lo hicieron de manera abrupta, sin aviso previo.
Dolce Vita abrió sus puertas el 17 de octubre del 2008. Dispone de un total de 170 establecimientos. El complejo supuso una inversión de 162 millones de euros para generar una superficie que pretendía atraer a más de siete millones de clientes cada año, que pasarían por sus más de 62.000 metros cuadrados disponibles sobre una parcela de 175.000. Cuenta, además, con 2.700 plazas de aparcamiento gratuitas, y la intención era que diese trabajo a 3.900 personas entre puestos directos e indirectos. Todas las previsiones se han ido al garete.
