Madrid. Se las prometía muy felices Mercadona, la cadena de distribución presidida por Juan Roig, de poder entrar definitivamente en el País Vasco. Todo parecía bien encaminado tras la misiva remitida al Gobierno de Vitoria, en la que se planteaba la apertura de 25 supermercados hasta el final de la presente década. Pero el gozo en un pozo. El intento tiene todos los visos de caer en saco roto.
Ni un día ha tardado la consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, en responder al plan que le había enviado la directora territorial de Relaciones Externas de Mercadona, Patricia Cortizas. Y la respuesta no ha sido un no definitivo rotundo –algo que no se estila en estos casos, optándose por una salida más ambigua y diplomática–, pero como si lo fuera.
“Ya tenemos suficientes grandes superficies”, ha contestado la consejera para, a renglón seguido, añadir que existe un Plan Territorial Sectorial que cumplir y que apuesta por el comercio de cercanía. Tapia entiende que Mercadona apuesta más por la ciudad, como ya han hecho en Barcelona o Valencia, y piensa instalarse en zonas de mercados tradicionales.
La implantación de Mercadona había sido perfectamente diseñada, previendo ya incluso la apertura de la primera tienda para dentro de un máximo de dos años, y con dinero contante y sonante sobre la mesa, con esos 50 millones de inversión comprometidos para la apertura de esas 25 nuevas tiendas, además de las 1.000 personas que serían necesario emplear. Pero todo parece haberse ido al garete de mantener el Ejecutivo presidido por Íñigo Urkullu la postura expresada por su consejera.
Entre los compromisos recogidos en la propuesta de Mercadona figuraba, como ya hiciera el pasado año con la entrada de la cadena en Navarrra, la intención de colaborar con la dinamización de la economía local, a través de la realización anual de compras, por valor de al menos 150 millones de euros, a proveedores agroalimentarios y de servicios del País Vasco. Cantidad que se iría incrementando con la apertura de nuevos centros.
A partir de esa primera e inmediata negativa, habrá que ver cuáles son los pasos que da Mercadona. Si desiste o lo intenta por otras vías, como esa que tiene abierta directamente con San Sebastián, la capital guipuzcoana gobernada por Bildu. Ha habido contactos mantenidos con los dirigentes locales y se especula con que el complejo Illumbe podría acoger uno de los centros de la cadena valenciana.
La cadena valenciana de supermercados, de capital íntegramente familiar, cuenta actualmente con cerca de 1.400 establecimientos y dispone de una plantilla de más de 70.000 personas, todas con contrato fijo. Declara 4,6 millones de hogares como clientes. El grupo se había ido acercando al País Vasco con la progresiva apertura de centros en las comunidades limítrofes de La Rioja y Navarra.