Madrid. La escasa afluencia a los centros comerciales durante el periodo navideño ha sido la gota que ha colmado el vaso de los grandes distribuidores. La reacción ha sido inmediata. Se ha optado, en primera instancia, por ahorrar gastos de personal a lo bestia antes que decantarse por cerrar directamente esos grandes espacios que, en muchos casos, llevan años dando pérdidas, camufladas en los datos conjuntos de actividad.
Y es que el balance de la pasada campaña navideña, donde se cuenta con hacer la caja de buena parte del año, no ha podido ser más desalentadora. Ha habido días, como el 1 o el 6 de enero, festivos abiertos, en los que la afluencia contabilizó caídas de entre 72% y el 87%, y el 7 de enero, primer día de rebajas, cayó casi un 27% respecto a la registrada un año antes. En el conjunto de la primera semana del año fueron un 19% menos los visitantes que acudieron a los centros comerciales.
Ante esta situación, la primera reacción de la patronal ha sido la de plantear a los sindicatos un ajuste brutal de las condiciones laborales. Pasarían por eliminar la paga extraordinaria hasta que no se alcancen los niveles de venta de 2008, y reducir cada año, hasta 2016, un 5% el salario si las ventas, a comienzos de cada año, es inferior en cinco o más puntos a las que se daban en 2005, y un 2% si esas disminuciones de ventas están entre dos y cinco puntos.
Además, si durante dos trimestres consecutivos cae la venta en un centro concreto, en ese centro concreto, además de todo lo anterior se les quitaría otra paga extra adicional u otro 1/16 de salario. Y se elimina por completo el pago de domingos.
Esto en cuanto a los emolumentos, pero no es todo. También se pretenden poner condiciones más duras en cuanto al calendario laboral, la jornada o la toma de vacaciones, e incluso se piensa dejar de retribuir las licencias. Si se toman (nacimiento hijos, fallecimiento familiar, matrimonio u otras), se deberán recuperar o se descontarán del sueldo. En los supuestos de baja por incapacidad temporal se pagará solo hasta el 80% del salario y siempre que el índice de absentismo del centro no supere un 3%.