Santiago de Compostela. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras aprobará a lo largo de este año un Programa de Prevención de Residuos Industriales de Galicia y un Programa de Gestión de Residuos de la Construcción y de la Demolición (RCD), ambos con vigencia hasta 2015. La puesta en marcha de estos instrumentos es fruto de los acuerdos firmados la pasada semana por el Gobierno gallego, empresarios y sindicatos en el marco del proceso de Diálogo Social.
El objetivo principal de estos programas es abordar los aspectos fundamentales para la correcta gestión de los residuos industriales, que en los últimos años alcanzaron en la Comunidad gallega los 2 millones de toneladas (de promedio anual). Este importante volumen da cuenta de la importancia que una adecuada planificación puede tener sobre el sector industrial y sobre la calidad de vida de la ciudadanía gallega en general.
Para avanzar en el desarrollo de estos programas, está prevista una dotación presupuestaria de 13 millones de euros; 8 millones para el plan de prevención y 5 millones para la gestión de los residuos de construcción y demolición.
En una fase posterior, ambos programas se integrarán en el futuro Plan de Gestión de Residuos Industriales de Galicia (PXRIG), pero se acordó tratarlos de forma diferenciada a partir de 2011 por su problemática específica, ya que la prevención es una cuestión de carácter transversal en el tratamiento de todo tipo de residuos industrias, y los residuos de la construcción y la demolición constituyen un asunto prioritario debido a su volumen y a las deficiencias detectadas en la gestión actual.
La causa de los recientes cambios experimentados por la normativa en el pasado ejercicio se debe a que la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras tuvo que retrasar la elaboración de estos programas específicos en materia de residuos industriales, comprometidos para el período 2011-2015. Como consecuencia, en el último año y como fase previa a su redacción, los esfuerzos se centraron en la optimización de los sistemas de información para que el intercambio entre administraciones públicas sea coherente y permita evaluar de forma conjunta los resultados obtenidos en los distintos estudios llevados a cabo.
Para la Xunta de Galicia, la prevención de residuos industriales es el primer paso en la jerarquía de gestión y debe ocupar un lugar principal. En este sentido, debe considerarse que, en la mayoría de los casos, para las industrias la reducción también supone un beneficio económico, sobre todo, gracias al ahorro de materias primas y energía y a la reducción del coste de gestión de sus residuos.
De ahí que se esté dando prioridad a la puesta en marcha de un Programa de Prevención de Residuos Industriales, este instrumento consta que de tres grupos de actuaciones: las destinadas a los residuos prioritarios, como aceites usados; las centradas en sectores prioritarios, como los procesos térmicos, la metalurgia o cantería; y las diseñadas para sectores secundarios, como la industria agroalimentaria o el sector de la madera.
Este esquema se verá completado por un Programa de Buenas Prácticas Ambientales, que incluye una serie de medidas genéricas aplicables a todos los sectores industriales y con especial énfasis a todos aquellos residuos de tipo transversal que se generan en la mayoría de centros industriales (residuos de envases, residuos generados por operaciones de limpieza y por derrames accidentales, residuos asimilables a municipales, etc.).
El sector de la construcción y la demolición (RCD) generó el 36,4% de los residuos industriales registrados en Galicia en los últimos años, por lo que resulta imprescindible tratar con carácter prioritario esta fracción.
A través del Programa de Gestión de Residuos de Construcción y Demolición, será posible avanzar notablemente en materia de prevención, reutilización y valorización, adecuando el marco de gestión a la nueva normativa vigente y dando solución la aquellos aspectos que demostraron ser clave en el desarrollo de los anteriores programas, por ejemplo, el impulso a la utilización de materiales secundarios obtenidos a partir de residuos de la construcción y demolición.