Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran unos datos de ocupación inéditos desde el año 2008, con cerca de 22 millones de cotizantes, una cifra que podría traducirse en los próximos meses en una mayor presencia de compradores potenciales de vivienda.
“La mejora en el empleo es una gran noticia, pero debe ir acompañada de soluciones efectivas en el sector inmobiliario para evitar desequilibrios en el mercado”, enfatiza la experta Mercedes Blanco, CEO de Vecinos Felices Administración de Fincas y Alquileres.
El mercado de la vivienda inicia el segundo mes año con optimismo y la llegada potencial de nuevos compradores, pues tal y como recoge la última encuesta de población activa del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de ocupados supera ya los 21 millones de personas y se sitúa en la cifra más alta desde 2008, hecho que está repercutiendo directamente en el crecimiento de solicitudes de vivienda.
«Estamos observando un aumento en el interés de potenciales compradores de vivienda, impulsado por la mejora en la estabilidad laboral y la calidad del empleo; los trabajadores cuentan ahora con mayores garantías y confianza para dar el paso hacia la compra de una vivienda», señala Mercedes Blanco, CEO de Vecinos Felices Administración de Fincas y Alquileres.
La otra cara de la moneda la presenta el mercado del alquiler, cada vez menos accesible para aquellos perfiles con inestabilidad ocupacional. “Los propietarios de viviendas en alquiler priorizan la solvencia de los inquilinos como garantía de pago” explica la miembro del equipo de dirección de Fincas Blanco. La estabilidad laboral, al proporcionar ingresos regulares y predecibles, se convierte en un elemento clave para demostrar dicha solvencia. “Además, muchos propietarios exigen seguros de impago como medida adicional de protección, lo que refuerza aún más la importancia de contar con un empleo estable» señala la experta.
Mayor demanda y posible alza en los precios
El incremento de la ocupación y la reducción del paro han traído consigo una mejora en los contratos laborales, con un crecimiento del empleo indefinido y una reducción de la temporalidad. Esta mayor estabilidad está favoreciendo la demanda de propiedades, especialmente en segmentos de mayor valor nominal.
«No solo crece el interés por comprar vivienda, sino que los compradores buscan inmuebles de mayor calidad y mejor ubicación», añade Blanco, quien recuerda la previsión de una subida en los precios de la vivienda en los próximos meses que motivará “a muchos compradores a adelantar sus decisiones antes de que los valores sigan en aumento”.
El reto de la oferta y la necesidad de medidas estructurales
Pese al buen momento económico, el sector inmobiliario sigue enfrentando un problema estructural: la falta de oferta de vivienda. Y es que mientras que la demanda no deja de crecer, la oferta se estanca por una legislación que no ofrece garantías ni seguridad jurídica a los propietarios y por la falta de viviendas de obra nueva.
«Es fundamental que las políticas públicas aborden este problema estructural con medidas que incentiven la construcción de nuevas viviendas y faciliten el acceso a la financiación», apunta Blanco. «La mejora en el empleo es una gran noticia, pero debe ir acompañada de soluciones efectivas en el sector inmobiliario para evitar desequilibrios en el mercado», sentencia.