Vivimos nuestras vidas como si el azar fuese tan solo algo que esperamos que en alguna ocasión nos sorprenda… y, casi siempre, agradablemente. Un ejemplo de ello es la fe que en España solemos colocar en la Lotería de Navidad -el Gordo, nos va a tocar el Gordo y con ello la capacidad de hacer las cosas soñadas y que por falta de dinero no podemos hacer, pensamosâۥ. Fe que suele continuar al menos un rato âۥa por el Niño, vamos a por el Niño âۥ…, hasta que la olvidamos. (Otras personas âۥ los enganchados a los juegos de azarâۥ mantienen esta tensión a lo largo del tiempo, pero siempre pensando en la bondad de un azar, que alguna vez recompensará su fidelidad.) Y pocas veces pensamos que el azar se viste con el Infortunio, al menos, en tantas ocasiones como cuando nos sonríe.
Pero, si fuese posible, además de otras prácticas piadosas, deberíamos prestar más atención al Azar y rezarle para que se mantenga alejado de nosotros, pues, siendo como es un dios ciego, en su continuo vaivén puede golpearnos con mucha mayor intensidad de la que pensamos.
Hace unos días se publicaba la impactante noticia de que dos tercios de los tipos de cáncer analizados -como el de páncreas, hígado y tiroides- son el resultado de mutaciones aleatorias. En consecuencia, dijeron los investigadores, no es posible prevenirlos.
¿Y el otro tercio? «En otros casos, como el cáncer de piel, de pulmón y de colón, el estilo de vida sí sería un factor de riesgo, señalaron los especialistas.» (1)
Y su contrario: «…un estilo de vida saludable continúa siendo una alternativa favorable para evitar el cáncer.» (1)
Es un breve artículo, pero le recomiendo su lectura completa.
A mí me ha chocado âۥy por eso lo traigo aquíâۥ la similitud de esta situación de salud con la que nuestras empresas enfrentan cada día. Y es que no siendo el futuro previsible, nada podemos hacer por él. Al futuro que vendrá no le importamos en absoluto.
El futuro no se puede construir… ni imaginar racionalmente, si con nuestras previsiones pretendemos obtener guías seguras de navegación para nuestro presente, que es lo que pretenden todos los adivinos, augures o pronosticadores. ¿Entonces, estamos solos frente al caos?… NO, desde luego , pues podemos revisar nuestro estilo de vida âۥde gestión de nuestras empresasâۥ prestando atención a lo que inmediatamente nos sucede, a las solicitaciones que están en la periferia de nuestro día, al entorno que nos rodea.
Que no podamos construir el futuro no quiere decir que podamos hacer cualquier cosa. No, las decisiones que tomamos en cada instante afectarán a nuestro futuro. Y aunque no sepamos bien cómo, lo que sí sabemos es que si nuestras respuestas se adaptan a las solicitaciones que recibimos, las posibilidades de salir con bien en el choque con nuestro futuro, serán mayores y mejores que si actuamos despreciando âۥo no atendiendo adecuadamenteâۥ el presente.
Nuestro futuro se construye cada instante: tomemos pues las mejores decisiones en cada momento.
¿Y cuáles pueden ser nuestros billetes de lotería para que ese sorteo ciego de lo que va a pasar, nos golpee positivamente? Pues los números que más posibilidades tienen de salir premiados llevan impresos nombres tales como:
• La observación temprana âۥ temprana quiere decir aquí instantánea, monitorizada, permanenteâۥ de nuestro entorno.
• Apoyo de nuestra gestión de empresa en algunos escenarios racionales acerca de lo que vaya a ocurrir. No tenemos ninguna garantía de que vaya a pasar tal y como lo hemos previsto, pero sí que nuestro tránsito al nuevo presente será mejor que si no prevemos esos escenarios.
• El uso de métodos de decisión disponibles para cada escena. En nuestras proyecciones pensemos en cómo se podría actuar si los supuestos de futuro que hemos incluido en nuestros escenarios, ocurren de verdad. Anticipemos nuestras respuestas tipo.
• La respuesta rápida a lo que acontezca. Ocurrirá lo que ocurra pero cuanto más tardía sea nuestra respuesta a lo que pase, peor.
• El control inmediato del resultado de nuestras acciones. Considerando estas como respuestas a estímulos recibidos del entorno, que se convierten a su vez en nuevas solicitaciones tras el ejercicio de primeras.
Y además, llevar un estilo de vida empresarial saludable. Así que repase sus conductas operativas principales y secundarias. Revise los detalles. Vuelva a comprobar sus procesos de trabajo. Ponga en duda los procedimientos que utiliza, pruébelos y cambie lo que sea necesario. Haga del control numérico uno de sus fetiches. Y siga navegando, con un cierto y relativo optimismo.