Madrid. A estas alturas parece poco probable que el exponencial aumento del riesgo inmobiliario pudiera haber pasado inadvertido para el Gobierno español y la Unión Europea, pero “¿por qué se miró hacia otro lado?” Esta es la pregunta que se hizo Javier Martín, editor de la revista Observatorio Inmobiliario y de la Construcción en el Foro Abierto sobre Valoración, organizado por Uría Menéndez y Sociedad de Tasación el pasado viernes.
Los datos aportados por Martín, basados en el Banco de España, no dejan lugar a dudas de la falta de transparencia del mercado inmobiliario.
En junio de 1998, poco después de la entrada en vigor de la Ley 6/1998 de 13 de abril sobre el régimen del suelo y valoraciones, el crédito a la construcción era de 28.000 millones de euros y el destinado a la promoción de 16.000 millones. Sólo cuatro años después se duplicó el crédito a constructores (47.000M) y se triplicó el de promotores (43.000 M).
En diciembre de 2008, en el momento más álgido de la burbuja inmobiliaria, el crédito a la construcción llegó a 152.000M y el crédito a la promoción a 318.000 M. Es decir, “en seis años, desde 2002 a 2008 el crédito constructor se multiplicó por más de 3 y el crédito promotor por más de 7. Y en 10 años, desde 1998 a 2008, el crédito constructor se quintuplicó y el promotor se multiplicó ¡casi por 20!”, afirmó Javier Martín.
“Gran parte de los problemas se debieron a una indigestión masiva e indiscriminada de ladrillo”, reconoció Martín. Lo cierto es que ocultar esta realidad por parte de los Gobiernos no ha traído más que problemas, “y después de dos reformas financieras, la reestructuración del sector se está haciendo a golpe de `látigo’ europeo y de un rescate de 100.000 millones de euros”, se lamentó el experto. Pese a esta “ayuda financiera” no parece que el crédito a pymes y familias vaya a fluir rápidamente.
En este escenario de incertidumbre económica, ¿cuál será el ajuste necesario para cubrir las depreciaciones de los activos inmobiliarios de la banca? A la espera de la valoración que las auditoras externas hagan de los mismos y del resto de activos de la banca, José Ramón Torá, de Standard & Poor's, explicó la estimación de S&P sobre las posibles pérdidas potenciales en el sistema financiero: "Creemos que la acumulación de los activos problemáticos de los bancos se incrementará en 2012 y 2013. Por lo que, según nuestro escenario, la cantidad necesaria oscilará entre 80.000M y los 112.000 millones". Y es que, "el sistema financiero español debería ser capaz de absorber 60.000M de estas pérdidas de crédito antes del cierre de 2012 y en 2013, con el objetivo de cubrir el resto mediante esquemas de protección de activos, la generación de ganancias extraordinarias en las ventas de activos y otros elementos de balance y, si fuera necesario, ayuda del Gobierno y/o la Unión Europea", concluyó el experto de Standard & Poor´s.