Madrid. El turbulento entorno económico en el que se encuentra tanto la economía española como la internacional, especialmente la europea, nos hace prever un futuro incierto. Para 2012 no es previsible que observemos una mejora generalizada del mercado crediticio ni de la actividad inmobiliaria, es la conclusión a la que llega la Asociación Hipotecaria Española (AHE) en su último informe sobre la actividad hipotecaria en España en 2011.
El marco negativo por el que aún transitará la economía probablemente incidirá con más fuerza sobre los agentes del mercado que la evolución favorable de ciertos indicadores inmobiliarios, como son los tipos de interés o el precio de la vivienda que reflejará a lo largo del próximo año la presión vendedora por parte de las entidades financieras. Por tanto 2012 será, en términos generales, un año difícil con tendencias muy similares a las observadas en 2011. No obstante, de cara a finales de año podríamos asistir a algún atisbo de mejoría que se debería sustanciar a lo largo de 2013.
En su balance del año que termina, la AHE señala en su informe que el ajuste del sector inmobiliario se intensificó a lo largo de 2011, observándose descensos generalizados en la mayoría de indicadores inmobiliarios respecto a sus niveles de 2010.
Desde la perspectiva de la nueva producción, el número de viviendas iniciadas se situó en torno a las 83.000 unidades en términos anualizados, un 9% menos que en 2010. Cabe destacar que la mayoría de proyectos, un 56%, se desarrolló en régimen de autopromoción por personas físicas, comunidades de propietarios y cooperativas. Este dato refleja las crecientes dificultades que afronta el sector inmobiliario como consecuencia de la importante desaceleración económica combinada con elevados niveles de endeudamiento y las tensiones en los mercados de liquidez.
También el número de viviendas terminadas se redujo de forma significativa hasta niveles mínimos, descendiendo hasta un total de 200.000 viviendas terminadas anualizadas.