El BBVA, principal promotor de la Operación Chamartín, sigue dándole vueltas al tema de cómo convencer al Ayuntamiento de Madrid para que apruebe definitivamente el plan que posibilite poner en marcha prolongar el paseo de la Castellana tres kilómetros, urbanizando el haz de vías ferroviario de la estación de Chamartín.
La entidad financiera presidida por Francisco -accionista mayoritario con el 75% del capital de Distrito Castellana Norte Madrid (DCNM), la empresa responsable del proyecto- lo está intentando casi todo.
Tras comprobar cómo las sendas reuniones mantenidas por Antonio Béjar, presidente de DCNM, tras la constitución del nuevo Ayuntamiento, tanto con la alcaldesa, Manuela Carmena, como con el responsable de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, no parecen haber surtido el efecto deseado, a la vista de las declaraciones que los dirigentes vienen realizando, la estrategia pasa ahora por presionar con la fuerza de la presión vecinal.
Una iniciativa que, piensan en DCNM, puede resultar más efectivo, teniendo en cuenta la predisposición de los responsables municipales a atender las demandas de los ciudadanos.
Con esta idea, de Chamartín, Fuencarral y Hortaleza, junto a las dos organizaciones más importantes de comerciantes y empresarios autónomos, han formalizado, junto con DCNM, la constitución una mesa de diálogo permanente que se denominará Mesa Castellana Norte.
La mesa está compuesta inicialmente por las asociaciones de vecinos de Begoña, Colonia San Cristóbal, El Madroño, Las Tablas, Santa Ana Fuencarral y Sanchinarro. Además son miembros de la mesa las asociaciones de comerciantes de Montecarmelo-Las Tablas y Pymes Chamartín.
El objetivo no es otro que el de proponer mejoras para los vecinos de los distritos colindantes a la actuación, de cara a que apoyen el proyecto urbanístico que, según los promotores, busca regenerar el norte de la capital.
Se trata de un órgano consultivo tiene por finalidad aunar sugerencias y buscar iniciativas para ofrecer soluciones al más de medio millón de personas que residen cerca del ámbito de actuación de la Operación Chamartín.
Las asociaciones vecinales parece que lo tienen claro y coinciden en afirmar que el megaproyecto urbanístico supone una gran oportunidad, tanto para los barrios nuevos, carentes de dotaciones e infraestructuras que les impide la movilidad, como para los que se crearon hace décadas.
Esta mesa de diálogo se hace realidad tras meses de reuniones en los que la empresa promotora viene recogiendo las propuestas y alegaciones de las asociaciones. La gran mayoría ya incluidas en el plan parcial que debe aprobar el Ayuntamiento.