De Guindos: “No hemos cruzado ninguna línea roja; lo importante es mantener la capacidad y autonomía del Gobierno en la toma de decisiones”.
Toribio: “Es necesaria una consolidación fiscal, no tan rápida como para dar lugar a una recesión ni tan lenta como para erosionar la credibilidad”
Trigo: “Hay que eliminar algunas agencias, algunos municipios y muchos niveles de la Administración”
Velarde: “Desde que en 2004 se alteró el planteamiento de nuestra economía, el tema de la competitividad no se ha abordado en serio”
Madrid. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales FAES ha celebrado hoy miércoles, 23 de noviembre, la XXVII reunión de su Observatorio Económico bajo el título ‘El reto de la competitividad’. En él han participado el director del Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, Luis de Guindos; el director de la Fundación Internacional IESE, Juan José Toribio; el director general del Instituto de Estudios Económicos, Joaquín Trigo; y el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Juan Velarde.
Luis de Guindos, en su análisis sobre el futuro económico inmediato de España y los primeros pasos a dar por el nuevo Gobierno, ha asegurado que, a pesar de que “seguramente España ha entrado en recesión en este cuarto trimestre”, “no hemos cruzado ninguna línea roja” y que, en este contexto, “lo importante es mantener la capacidad y la autonomía del Gobierno en la toma de decisiones”.
Así, ha considerado que “el nuevo Gobierno debe generar la confianza y credibilidad necesarias para que el cierre de los mercados se suavice y hacer frente a lo urgente, que son los vencimientos de deuda”, que ha cifrado en 333.000 millones de euros para 2012. Junto a esto, ha señalado la importancia de “reducir drásticamente el déficit público”, dado que en caso contrario “no nos van a financiar”. “La austeridad, por si misma, no es suficiente. Esto no es 1996”, ha afirmado.
En el capítulo de las reformas a implementar, De Guindos ha aludido a la laboral, “que es imprescindible”, y a la del sistema financiero, que pasa por “profundizar el saneamiento de las entidades y poner en marcha una nueva ronda de reestructuraciones”. “España tiene enormes desgracias, pero esa circunstancia permite que haya un margen de respuesta favorable”, ha asegurado.
De Guindos también se ha referido a la crisis política de la Eurozona que, ha subrayado, “se encuentra en una fase de modificación del entramado institucional del euro”. En su opinión, este paso le conduce a una “mejor coordinación entre políticas económicas, laborales, fiscales y de supervisión bancaria que es positivo y puede favorecer la gobernanza”. “Ahí España tiene mucho que aportar”, ha considerado.
NO HAY TIEMPO
Juan José Toribio, en su turno, ha vinculado el logro de la competitividad con la necesidad de llevar a cabo una “consolidación fiscal, que no debe ser tan rápida como para dar lugar a una recesión, pero tampoco tan lenta como para provocar la falta de credibilidad”. “En España, sin embargo, no tenemos oportunidad de plantear esta discusión; no tenemos tiempo”, ha apuntado.
En su intervención en el Observatorio Económico de FAES, Toribio también ha señalado que “el reto más inmediato de la Eurozona procede de la necesidad de financiar a países con déficit presupuestario o deuda pública y que han perdido la confianza de los mercados”. “No obstante, ha indicado, la situación de España e Italia es otro problema”, ya que “sus necesidades van mucho más allá de lo previsto”. A este respecto, el director de la Fundación Internacional IESE ha lamentado que “un mes después de la última Cumbre Europea seguimos sin saber qué va a pasar, y así seguiremos hasta la próxima”.
MEJOR ADMINISTRACIÓN
Joaquín Trigo, que ha centrado su intervención en diagnosticar los ‘puntos negros’ que lastran la competitividad del país y que también ha llamado la atención sobre la consolidación fiscal, ha apuntado diversas posibilidades de actuación en la Administración Pública con el fin de aumentar la primera. En este sentido ha abogado por “eliminar algunas agencias, algunos municipios y muchos niveles de la Administración” que, ha dicho, parece haber olvidado que “no solo ha de ser eficaz, sino también eficiente”.
Igualmente, Trigo ha señalado la reforma laboral como una de las principales causas del estancamiento de la competitividad. Para el director general del Instituto de Estudios Económicos se impone una reforma que, entre otras cuestiones, “meta el derecho del trabajador en el balance de la empresa; reduzca costes laborales, no salariales; y favorezca cargas fiscales no superiores a las de la media de la Unión Europea”.
INCREMENTO DE LA COMPETITIVIDAD
Juan Velarde, por su parte, ha señalado que “desde que en 2004 se alteró el programa de planteamiento de nuestra economía, llevamos ocho años sin que el tema de la competitividad se haya abordado en serio”, y que “si seguimos sin tener conciencia de la necesidad de incrementarla, no tendrá solución alguna la crisis que nos atenaza”.