La labor del nuevo equipo de la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Valladolid, durante los ocho meses que lleva trabajando desde las pasadas elecciones municipales, ha dado sus frutos, en forma de un detallado plan de actuaciones, que contempla llevar a cabo, en los poco más de tres años de legislatura que restan, 173 actuaciones con una inversión de 51 millones de euros.
Obras en las que se ha tomado en consideración elementos como las demandas procedentes de las asociaciones vecinales y personas que a título individual han ido proponiendo trabajos, así como las que han llegado desde las distintas Concejalías de Barrio. A ellas se ha añadido las revisiones del estado de las infraestructuras de todo tipo que, tanto los técnicos del Área como la policía, llevan a cabo sistemáticamente.
Igualmente, se han incorporado tanto las intervenciones en curso como las que están comprometidas, bien vía Presupuesto municipal o bien por haberse iniciado ya algún tipo de actuación (expedientes iniciados y en distintas fases de desarrollo).
La gran mayoría de las actuaciones (el 85%) están ya estudiadas y presupuestadas, pero en 27 casos aún no se ha cuantificado su coste. Si se eliminan las ocho obras más costosas (que son excepcionales), el coste medio es de 171.205 euros por obra.
Para determinar las obras se han distinguido cuatro grandes objetivos. El primero se refiere a la renovación y mantenimiento ordinario de la urbanización. Suman 76 obras (casi la mitad del total, el 44%), con un presupuesto total cercano a los 11 millones de euros (el 20% del presupuesto total), e incluye grandes actuaciones, como las reparaciones del alumbrado y del asfalto.
Un segundo grupo de objetivos se refiere a la mejora de la funcionalidad. Aquí se considerarán, en primer lugar, las actuaciones en calles que aún no poseen un nivel mínimo de urbanización, así como las actuaciones tendentes a mejorar la movilidad y la sostenibilidad de la urbanización. Un total 45 obras por casi 16 millones de euros, entre las que se incluyen algunas obras muy costosas, como la de las márgenes del Pisuerga, la seguridad vial en la antigua N-620 o la sustitución de luminarias.
Con un tercer grupo de requerimientos se apunta hacia algunos de los cambios estructurales del espacio urbano que han de irse promoviendo a través de obras municipales. Se presupuesta una cantidad no muy alta (poco más de tres millones de euros), aunque hay varias obras sin evaluar.
El cuarto conjunto de objetivos también se refiere a cambios estructurales, coherentes con las propuestas del futuro Plan de rehabilitación general del espacio urbano, y supone en muchos casos mejorar la urbanización de ámbitos o barriadas completas. En total, algo más de 9 millones de euros en 19 actuaciones.